Bolsonaro abre otra crisis y Petrobras se desploma
El mandatario de Brasil pretende que un general retirado del Ejército asuma la dirección de la petrolera ❚ Sus acciones se hundieron el lunes en la bolsa
Las acciones de Petrobras, la petrolera controlada por el Gobierno de Brasil, se desplomaron un 19 % ayer en la Bolsa de São Paulo, mientras el índice general cayó casi un 5 % y el dólar subió a los 5,50 reales.
Las caídas brasileñas se suman a las pérdidas del 10 % registradas por las acciones que cotizan en Nueva York y al 7 % perdido en los mercados el viernes al final del día, después de que el presidente Jair Bolsonaro anunciara en Facebook que pretende imponer a un general retirado como próximo presidente de Petrobras.
LA FRASE
La política de Petrobras solo tiene un sesgo: atender los intereses de algunos grupos en Brasil.
JAIR BOLSONARO presidente de Brasil
El mandatario está descontento con las subidas de la gasolina y el diésel en torno a un 30 % este año, un asunto capital para el poderoso sector de los camioneros, en el que tiene muchos fieles.
En vista de que el Gobierno controla el 50,26 % de Petrobras, Bolsonaro quiere colocar en la presidencia a Joaquim Silva e Luna, un militar de 71 años que fue ministro de Defensa en 2018 y presidente desde 2019 la hidroeléctrica Itaipú, en la frontera con Argentina y Paraguay.
El consejo de administración de Petrobras, donde el Ejecutivo brasileño tiene mayoría entre los 11 consejeros, decidirá mañana si asume que Bolsonaro le imponga al primer ejecutivo de la compañía en sustitución de Roberto Castello Branco, cuyos esfuerzos de privatizar refinerías y recortar la deuda le han convertido en un
favorito de los inversores.
Petrobras cerró 2019 con un beneficio de más de 40.000 millones de reales (9.000 millones de dólares), el mayor de su historia. Y fue el segundo resultado en positivo desde el megaescándalo de corrupción que causó un terremoto político y económico en Brasil.
El ultraderechista, que ganó las elecciones prometiendo mano dura contra el crimen y la corrupción además de un Estado mínimo, intentó ayer disipar los temores: “Nadie va a intervenir en la política de precios de Petrobras”, ha proclamado a un canal afín a las puertas del Palacio presidencial, en Brasilia, mientras Petrobras y otras empresas estatales como Eletrobras o el Banco de Brasil caían en Bolsa. Solo el viernes la estatal petrolera brasileña perdió casi 9.000 millones de euros (10.800 millones de dólares) de valor bursátil dentro y fuera de Brasil.
“¿El petróleo es nuestro o de un pequeño grupo en Brasil?”, se ha preguntado Bolsonaro antes de exteriorizar su exasperación con el presidente saliente de Petrobras, Castello Branco. Este termina su mandato de dos años el mes que viene. Y el consejo quería mantenerlo en el cargo, según la prensa local, que intenta anticipar cómo votará hoy el consejo de administración. “El actual presidente de Petrobras lleva 11 meses en casa sin trabajar, bueno, trabaja de manera remota (…) es para mí eso es inadmisible”, ha dicho Bolsonaro para añadir que se llevó una sorpresa al enterarse, recientemente. “Imaginen si yo, el presidente, por miedo al COVID me quedara todo el tiempo en casa, aquí en (el palacio de) la Alvorada”. El mandatario desoye desde el primer día toda recomendación sanitaria para frenar los contagios de coronavirus.
El ministro de Economía, el ultraliberal Paulo Guedes, que aceptó el encargo de adelgazar la Administración, mantiene un llamativo silencio desde el viernes. Sus planes privatizadores y de reformas económicas se han enfriado notablemente por la pandemia -respondida con un chorro de dinero público para amortiguar el impacto de la recesión, y porque Bolsonaro ya tiene la cabeza en la reelección de 2022.