Una “reacción demorada”
Tres centros de Rehabilitación Social del país fueron escenarios de violentos enfrentamientos entre bandas ❚ Las autoridades contabilizaron 62 decesos
El director del SNAI, Edmundo Moncayo, explicó en rueda de prensa que esperaban desde diciembre, cuando fue abatido en Manta el líder de los Choneros, una reacción en las bandas criminales que operan en el país. “Fue demorada”, dijo ayer, en referencia al triple motín que, según su hipótesis, responde a una pugna de poderes.
Dolor, desesperación, impotencia, así se sentían decenas de personas afuera del recinto carcelario de Guayaquil, uno de los tres escenarios de Rehabilitación Social donde se produjeron amotinamientos que terminaron en una masacre sin precedentes en el país, que dejó un total de 62 reos muertos.
El desgarrador grito desde el interior de un vehículo Chevrolet concho de vino, parqueado en los exteriores del Centro de Privación de Libertad Zonal 8 alteró más a los desconsolados familiares de privados de la libertad, que no sabían con certeza qué ocurría adentro.
El lamento era porque una de las ocho personas asesinadas hasta ese momento era su familiar. Así les habían informado vía telefónica, desde el interior de la cárcel.
El ministro de Gobierno, Patricio Pazmiño, manifestó en su cuenta de Twitter “que todo se ejecutó por la mano de organizaciones criminales para sembrar violencia”. Ante eso se activó un Puesto de Mando Unificado para ver la situación en las cárceles
de Guayaquil, Cuenca y Latacunga.
Maribel, esposa de un detenido, manifestó que desde la noche del lunes se trasladó desde Quevedo al Puerto Principal porque por las redes sociales se informó que en una de las cárceles de la ciudad se habría registrado un amotinamiento. “Quería saber qué había pasado, pero esa noche nadie me dio información. Me quedé en la casa de un familiar y en la mañana me dirigí nuevamente hasta el recinto carcelario. Nunca pensé que algo así podía ocurrir. Le he pedido a Dios que mi esposo no esté entre los muertos o heridos”.
Una situación similar se observó en la Penitenciaría del Litoral,
ubicada a 500 metros de la Zonal 8, en el kilómetro 16,5 de la vía a Daule, donde también fueron asesinados al menos 10 privados de la libertad.
En su cuenta de Twitter, la Policía Nacional informó que Criminalística reporta más de 50 PPL (persona privada de la libertad) fallecidos en los centros de privación de libertad de
Guayas, Azuay y Cotopaxi.
En la misma red social, la Fiscalía General del Estado también informó que en la cárcel de Turi, en Cuenca, 38 PPL fueron asesinados. Los accesos al centro fueron sitiados al conocerse el amotinamiento de reclusos de los dos pabellones de máxima seguridad. Dos reclusos habrían intentado fugar lanzándose desde una altura de ocho metros.
Fuentes policiales revelaron que la reyerta entre presos se habría producido porque dos bandas delincuenciales: los Choneros y Lagartos buscan el control de las cárceles del país.
Edmundo Moncayo, director nacional del Servicio Integral a Personas Privadas de la Libertad (SNAI), manifestó que hay grupos de intransigentes de organizaciones delictivas que luchan por tener beneficios y ventajas, por seguir delinquiendo al interior de los centros de privación de la libertad de la misma manera que lo hacían afuera”. El funcionario confirmó que en El Turi hubo 33 muertos y 8 heridos; en Cotopaxi 8 PPL fallecidos: mientras que en la Regional de Guayaquil contabilizaron 21 muertos. Finalmente indicó que hubo 62 personas fallecidas en las tres cárceles.
Personal élite de la Policía Nacional y militares fueron desplegados a los centros carcelarios para controlar la situación, y evitar intentos de fuga.
El panorama afuera del Centro de Rehabilitación Social de Latacunga, en Cotopaxi, era similar al de Guayaquil y Cuenca, que también fue resguardado.
LA CIFRA
800 POLICÍAS
apoyaron en el control junto con militares en las tres cárceles del país.