Recurren a los rezos y ritos para que llueva
Oraciones y procesiones son actos que practican los agricultores para que la tierra les produzca ❚ Conservan sus costumbres
Cristóbal Morán recorre sus plantaciones de maíz, chirimoya, zapallo, entre otros frutos que sembró en el sector Los Socales, de Monte Sinaí, en el noroeste de Guayaquil, y a simple vista tiene un análisis: les falta agua. Este agricultor, quien tiene cinco hectáreas de sembríos para el consumo familiar, y además se dedica a la crianza de animales, considera necesario “volver a las creencias antiguas porque eso sí daba resultados. Las cosas cada año se vuelven más difíciles”.
Cristóbal, como muchos otros que se dedican más a la siembra de maíz que deben cosechar en tiempo de Semana Santa, depende mucho de la naturaleza para tener buenos frutos.
Leopoldo Guerrero, morador del recinto Bejucal, de Calceta, en Manabí, tiene sus plantaciones en la parte alta de la colina, que sembró a mediados del mes pasado. Ellos y otros agricultores miran con preocupación la situación por la escasez de lluvias.
Precisamente, en las últimas semanas han notado que no ha habido precipitaciones que mojen en abundancia la tierra en estas zonas y favorezcan el crecimiento de las plantas de maíz, maní, yuca y otros productos.
Eumeny Álava, otro labriego, dice que las pocas lluvias caídas solo han servido para mojar las plantaciones. Para el maíz es suficiente porque no requiere de mucha agua, pero para otros sembríos es necesario que llueva seguido para que la planta crezca y dé sus frutos.
Mirando al cielo, los trabajadores del campo intentan descifrar cómo será el clima, si lloverá o no en la noche.
Antiguamente, en época de sequía, los campesinos hacían un ritual para pedir por una buena producción. Aún no han llegado a eso, pero todas las noches elevan sus plegarias pidiendo lluvia. “Tenemos que rezar a los santos para pedir que no deje de llover”. No basta con rezos para pedir la protección del santo de su devoción, también hacen romerías.
EL DETALLE
Maíz. El choclo, si se lo quiere tierno, tiene un tiempo de dos meses y medio. Si prefieren el maíz, se deja más tiempo que se seque en la mata para cosechar.