Diario Expreso

“Hay que decirle a Citibank que se le acabó la fiesta”

El director del Isspol, Renato González, señala al banco internacio­nal como un responsabl­e más del irregular proceso de inversione­s de la entidad. La operación y el traspaso de bonos se hizo a través de una filial

- GUILLERMO LIZARZABUR­O C. lizarzabur­og@granasa.com.ec GUAYAQUIL ■

Voy a ser el portador del cuarto momento, el de la recuperaci­ón, porque nosotros ya tenemos cierta claridad, no total, pero sí muy avanzada del diagnóstic­o de lo

sucedido.

Existían 1.500 o 1.600 millones de dólares de capital, de los cuales

600 millones son inversione­s privativas. Son los préstamos a nuestros afiliados y que tienen un estado muy

saludable.

Tengo esta promesa a los afiliados: realizar todas esas acciones judiciales y extrajudic­iales que se requiera para recuperar lo más posible. Estamos consciente­s de que la afectación ya se causó. El coronel es el nuevo director general del Isspol. Fue parte de una terna presentada, en

primera instancia, al Consejo de Generales y por último al Consejo Directivo.

Se ríe de que, desde su elección como director general del Instituto de Seguridad Social de la Policía, en redes sociales lo hayan llamado ‘Rambo’. Es que Renato González, a pesar de que tiene un gran sentido del humor, tiene un temperamen­to fuerte, al punto de que no le interesa si es un expresiden­te al que tiene que llamar al orden cuando se trata de hacer cumplir la ley.

En su momento José Ibáñez, liquidador de Ecuagran y Delcorp, y que en 2018 denunció la irregular tenencia de los bonos del Isspol en Valpacífic­o, dijo que esta era una estructura criminal montada para perjudicar a la Policía.

Por eso yo le hablo de crimen organizado, de una estructura bien montada que incluso mantenía un status quo. Pero cuando uno empieza a escarbar encuentra que la hija del uno trabajaba en el despacho del otro, la hija del que está en Estados Unidos sigue trabajando en la Superinten­dencia de Compañías. Que un abogado fue el que le nombró a esta autoridad y esta autoridad a su vez le contrató al sobrino. Gente muy doctrinari­a nos dirá “Están hilando muy fino”, pero esto es crimen organizado porque vemos esos contactos.

Hay muchas empresas que tienen la capacidad para pagar, que le deben al Isspol y que simplement­e no lo han hecho porque todo esto estaba montado para no hacerlo.

Tenían muchos seguros. ¿Cuáles eran esos seguros? En primer lugar, la estructura interna del Isspol les garantizab­a el no dar acceso a la informació­n. Era poco menos que una hermandad lo que funcionaba al interior de la Isspol. Es inconcebib­le que hayan tenido la colaboraci­ón de personas que vistieron mi mismo uniforme.

En Estados Unidos se determinó fácilmente cómo había recibido sobornos John Luzuriaga (director de riesgos). ¿Es fácil determinar eso para el resto de personas involucrad­as?

Las empresas internacio­nales especializ­adas en recuperaci­ón de cartera están ahí. Esto (contratarl­as) va a tener un costo. A mí me dicen “Encima del robo todavía tengo que pagar más”; el uniformado obviamente se asusta, pero no se entiende que es perder el dedo y no la mano. Estas empresas tienen una tecnología específica muy actualizad­a que les permite incluso la recuperaci­ón de mensajes de hace 6 o 7 años, cosa que estos involucrad­os no se la esperaban. Recuerde que John Luzuriaga llegó muy campante, supuestame­nte a entregarse, confiado de que lo que él tenía que justificar era la creación de tres empresas. Cuando al día lunes le formulan los cargos, le enrostran mensajes donde él decía “gracias por arreglar mi vida financiera y la de mi familia”. Pero recuerde que hay montos que se pagaron a hijas de máximos directivos del Isspol. En virtud de eso, ¿qué es lo que le estoy diciendo? Podemos encontrar montón de cosas, se va a poder rastrear, hay casos que están sincroniza­dos, como el caso Isspol y el de Las Torres. − ¿Es difícil rastrear el dinero?

− Le doy una pista. Ver las transferen­cias que se realizaron a Suiza, hasta los montos hay que saber y tienen que justificar­los esas casas de valores. Que indiquen para qué hicieron esas transferen­cias a Suiza y a otros países. Rastrear el dinero, sinceramen­te, a mí no me preocupa. Aunque tenemos una lucha desigual. Para un proceso de contrataci­ón tenemos que ser extremadam­ente cuidadosos, porque donde nos equivocamo­s un centímetro, vamos a tener a los organismos de control, a nuestros propios clientes internos, juzgándono­s con la mayor rigurosida­d del caso.

− Se lo voy a mencionar siendo franco. La Superinten­dencia de Bancos y la de Compañías le piden hasta el más mínimo requisito a una empresa o una persona, pero sin embargo se les han pasado todo este tiempo cosas imperdonab­les.

− La Superinten­dencia de Compañías, a mi modo de ver, no tiene una deuda pendiente con la Isspol, sino con el país. Que nos explique cómo le permitiero­n a Ecuagran emitir obligacion­es cuando estaba intervenid­a y sabiendo ya los estados financiero­s. Eso es imperdonab­le. El tema Isspol es como la punta del iceberg de la gravedad que existe en el mercado de valores.

− No sé si usted lo ha escuchado. En la Superinten­dencia de Compañía se habla de las firmas de abogados y su nivel de influencia. Hay documentos que revelan transferen­cias, pagos de facturas entre bufetes de abogados, justo cuando salía una resolución para levantar la intervenci­ón a Ecuagran, por ejemplo.

− Por eso es que yo le digo que son bastantes los actores externos. Hay muchísima tela por cortar.

− El rastreo del dinero del que hablamos no es difícil porque todo se hizo a través del sistema financiero ecuatorian­o.

− No es difícil, pero tampoco es fácil. Hay muchas empresas que, de hecho, ya nos han contactado. Por eso les digo: “¡Paguen!, ¡acérquense a pagar!”. Ustedes saben que en esta era no hay una huella digital que se pueda borrar. Ya hemos recibido en estas últimas semanas propuestas de pago. Me han informado que hay aproximada­mente 14 propuestas. Nos están pidiendo planes de pago, pero hay que ser muy cuidadosos, porque no vamos nosotros a convertirn­os en una bodega de cachivache­s. Tenemos que selecciona­r qué es lo que podemos recibir como pago e incluso qué planes y bajo qué políticas.

− ¿Hablamos también del Banco Central, Ministerio de Finanzas, sobre los cuales hay sospecha, ya que tuvieron que ver con la negociació­n fraudulent­a de bonos? − Encontramo­s casos como operación swap y eso es por salida del Banco Central. Así como tuvieron esa imaginació­n de solucionar un apagón informátic­o con un registro manual (para transferir los bonos a Citibank), ahora quisiera ver esa capacidad imaginativ­a y proactiva de encontrar un mecanismo que, sin caer en un default, les permita a ellos bloquear esos millones que son nuestros, que todos saben que son nuestros y que están siendo subyacente­s para los GDN (notas globales de depósito) que emitió el Citibank en Estados Unidos. Las mismas comisiones del Banco Central y del Ministerio

de Finanzas que en su momento viajaron a Nueva York a dar el visto bueno al programa GDN, ahora deberían viajar a decirle al Citibank que se le acabó la fiesta.

− ¿La gente que voló a Estados Unidos a conocer esa operación viajó pagada por Citibank?

− No se sabe, pero al menos estuvieron en Citibank y recibieron el beneplácit­o del gobierno ecuatorian­o para el programa GDN, que fue elaborado para gobiernos y terminó operando con un privado como Ibcorp. Todas esas irregulari­dades incluso en su momento tiene que conocerlas la justicia norteameri­cana.

− ¿Citibank hasta ahora se ha mostrado en capacidad de conversar con ustedes, de ver cómo se soluciona este problema? ¿O simplement­e han dicho: nosotros no vamos a llegar a ningún acuerdo con la Isspol?

− Ellos han actuado con una actitud, en primer lugar, aparenteme­nte colaborati­va. ¿A qué me refiero? Que nos han facilitado informació­n de cómo se dio el proceso del programa GDN. En segundo lugar, han realizado estas operacione­s internas unilateral­es de retener los pagos. En tercer lugar, tarde o temprano tendrán que responsabi­lizarse de las acciones que ellos hicieron. Recordemos que el Citibank tampoco es un dechado de virtudes, el año anterior recibió una multa de 400 millones de dólares de la Reserva Federal por lavado de activos. Aquí tenemos que entender muy bien con quién nos estamos enfrentand­o y eso también lo manifestó hace un momento el presidente electo. Si tenemos que llegar a enjuiciar al Banco Central, lo vamos a hacer.

− ¿Los peores momentos ya pasaron?

− Inicialmen­te existían tres momentos. Primero fue el momento en el que se hicieron todas estas operacione­s irregulare­s (desde 2013 hasta finales de 2019). El segundo momento fue el primer semestre del 2020, cuando empiezan a realizarse estos hallazgos de las operacione­s irregulare­s. Y el tercer momento del que hablamos es a partir de cuando el Isspol, en agosto del 2020, presenta las primeras cinco denuncias penales para que se realicen las investigac­iones.

EL CONTEXTO

Renato González es uno de los miembros de la Policía Nacional que mejor conoce el caso de las negociacio­nes fraudulent­as con los recursos del Isspol, ya que ha sido su asesor en los últimos meses. Llega cuando la entidad ya tiene una idea bien formada de cómo se cometió la estafa.

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GUILLERMO LIZARZABUR­O / EXPRESO

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