La Abuelita Boquera extraña a sus “hijos”
Bella Cabrera es conocida entre los hinchas de Emelec como La Abuelita Boquera. La aficionada millonaria se ganó el apelativo, debido a que antes de la pandemia, acudía religiosamente al Capwell para alentar al Bombillo cuando jugaba de local.
La fanática de 68 años no tenía miedo de meterse en la popular barra Boca del Pozo, ni pararse en las barandas de la platea general ubicada sobre la avenida Quito.
En plática con EXPRESO para el especial deportivo por el Día de la Madre, la Abuelita Boquera reveló que reza todos los días para que la pandemia pase y así volver a ver a sus ‘hijos’, como ella le llama a los jugadores del club.
“Siento que me falta algo. Los domingos son muy tristes para mí, ya que paso encerrada y no puedo ir al estadio, todo por culpa de este virus. Le pido a Dios que pase rápido, para poder ver nuevamente a mis hijos putativos”, comenta entre risas la fiel hincha.
Bella revela que su amor por el Ballet Azul nació a los 8 años cuando se escapaba de su casa, para ver jugar al equipo. “Yo era tremenda. Como vivía cerca del estadio me le escapaba a mis padres y me iba solita a ver los partidos. Nunca me perdía uno, claro que cuando regresaba a la casa me repelaban, pero no me importaba”.
La fiel hincha aún tiene presente la última vez que acudió a la Caldera. “Estuve en el último partido antes del inicio de la pandemia (8 de marzo de 2020). Recuerdo que ese día le ganamos 4-0 a Aucas”, precisa.
Como dato anecdótico, Bella comenta que el año pasado la dieron por muerta en las redes sociales. Se enteró cuando a sus familiares le llegaban las notas de pesar. “Ya van dos veces que me van matando. La primera fue hace unos tres años y la otra al inicio de la pandemia. Empezaron a decir que me habían internado en el (hospital) Luis Vernaza. Como yo trabajaba en el Cerro del Carmen, mucha gente bajó a darle el pésame a mis hijos, pero cuando me veían ‘vivita y coleando’ se sorprendían”.
Cabrera asegura que sus hijos la han inscrito para el proceso de vacunación de la COVID-19, pero se niega por temor a que algo le vaya a pasar. “Dios es el único que me guía y me cuida, la verdad que no confío en esas vacunas.
Voy a esperar tranquilita a que todo esto pase”, acota.
Sobre el primer Clásico del Astillero, que tuvo que haberse jugado ayer -se aplazó porque Emelec jugó recién el viernes la Copa Sudamericana-, la abuelita eléctrica sostiene que seguro los azules iban a “vacunar” a los barcelonistas.
60
AÑOS
es el tiempo aproximado que esta mujer tiene alentando al Bombillo en las gradas del estadio Capwell.