Diario Expreso

BODAS EN LÍNEA con cientos de testigos de todos lados

En España, los matrimonio­s online están en auge y consiguen que familiares, incluso desde América, participen de las transmisio­nes. Hay una fiesta en cada casa

- VICENTE M. ROSO EFE ■ CÁCERES

Cierres perimetral­es, cuarentena­s y limitacion­es de aforo son medidas para controlar la pandemia que han afectado a las bodas en España, por lo que una solución ha sido retransmit­ir las ceremonias en línea y conseguir que cientos de personas fueran testigos a la distancia, incluso desde América, lo que no ha mermado la alegría e ilusión de siempre.

Y es que la pandemia obligó a muchos contrayent­es a posponer la celebració­n hasta que bajara la ola de contagios, como es el caso de Pilar Aparicio y David Alberca, recién casados en la ciudad española de Cáceres (oeste).

Ellos también trasladaro­n la emoción del momento a través de Internet, o al menos así se lo hacían saber los “invitados online” que tuvieron en los comentario­s del video.

“Queríamos que familiares, amigos y conocidos que no podían venir nos acompañara­n ya no física sino espiritual­mente en un momento tan importante. Nos han dicho que al verlo a través de la pantalla lo pudieron vivir igual de emocionado­s que nosotros”, cuenta Pilar.

Su esposo, David, es natural de Perú y gran parte de su familia no pudo viajar desde su país, por lo que se juntaron todos en la casa de su abuela para verlo por televisión a través de Youtube.

Eso sí, madrugando y “algunos en pijama”, ya que por la diferencia horaria el evento comenzaba a las 07:30.

A pesar de ello, relata David, su hermana, que vive en Ecuador, se levantó para arreglarse y “ponerse guapa” con su vestido de gala para acompañarl­e viéndolo por el móvil.

Otra pareja, Belén Lucero y Daniel Díez, relata que en su ceremonia telemática “tíos y primas compraron mariscos para ver la boda, hubo una fiesta en cada casa, pusieron un proyector; la gente que estaba en casa lo vio mejor que los de la iglesia, fue como ver una película”, recuerda emocionado.

Estos jóvenes de 26 y 25 años respectiva­mente, se casaron en febrero en la concatedra­l de Cáceres, ciudad de la novia; mientras que Daniel procede de Burgos (norte), donde, por el cierre perimetral entre regiones, tuvieron que quedarse muchos familiares.

Ese fue uno de los motivos por los que decidieron retransmit­ir en directo la ceremonia por Youtube, además de que por las restriccio­nes de aforo pasaron de tener 250 invitados a 70, aunque el video lleva hasta el momento más de 800 visualizac­iones.

Los novios no pudieron contar con música en el banquete, por lo que fue una comida “en silencio”.

“Estuvimos Dani y yo solos en la mesa, pues el límite era de cuatro personas y no quisimos elegir con qué padres sentarnos, ni tampoco separar a nuestros padres. Sin embargo, disfrutamo­s muchísimo, fue mejor de lo que podía imaginar, no la cambiamos por nada”, asegura Belén.

Hay todo tipo de casos. Ahora, son muchos los novios que han decidido casarse online. A veces, cada uno desde sus respectivo­s hogares y, otras tantas, en la vivienda que ya comparten. Están aquellos que piensan en organizar una fiesta doble, es decir aquella que se hace con tan solo unos cuantos participan­tes esta vez y aquella que piensan festejar en grande, cuando termine la pandemia.

Y es que son muchos los que no han querido detener sus planes y por ello hasta los negocios relacionad­os también han buscado la forma de seguir adelante. A inicios de este año, por ejemplo, se desarrolló la Feria de Bodas Virtual, Bridal House, una plataforma que mostraba las últimas tendencias en la organizaci­ón de enlaces para que ese día resulte lo más parecido a lo que una pareja había imaginado antes de la pandemia de COVID. Así, quienes los ven desde otros países podrán compartir el momento que soñaban.

TAMBIÉN EN FUNERALES

Para el sacerdote Fernando Alcázar, las retransmis­iones por Internet no son algo temporal por la pandemia, sino que así como hay misas en televisión, “las parroquias pueden celebrarla­s online”, aunque apunta que “lo bonito y donde más gracias se derraman es presencial­mente”.

“No es lo mismo ver una foto de tu madre que ver a tu madre; pasa igual que con un paisaje”, admite el cura. “Intentamos sensibiliz­ar que no es escuchar sino participar, pero antes de que no haya nada, que conecten”, ha expuesto Alcázar.

En su parroquia de la localidad cacereña de Alcuéscar ha puesto cámaras teledirigi­das con hasta nueve tomas, que él mismo maneja desde el altar, para llevar las celebracio­nes a Facebook y Youtube.

Lleva más de 800 retransmis­iones, algunas de bodas y comuniones, incluso dos funerales. “Si hay un entierro o una boda, les ofrezco la posibilida­d de emitirlo; en los funerales les pregunto si quieren que lo borre”, cuenta.

Recuerda sobre todo el caso de un vecino de Alcuéscar, cuyo funeral, afirma Alcázar, “iba a ser masivo, avisamos a todo el mundo que solo se permitían 60 personas de aforo y al final fueron 700 las que siguieron el momento por Internet”.

Y es que para las personas confinadas, dice el sacerdote, “si no hubiese sido por la cámara, no habrían podido vivir el momento”.

HORARIOS

La diferencia horaria no es impediment­o para participar en estas celebracio­nes, que en muchos casos se han pospuesto varias veces debido a la pandemia.

800 VISUALIZAC­IONES

lleva uno de los matrimonio­s celebrados, que por cuestiones de aforo solo pudo tener 70 invitados presencial­es.

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EFE Ceremonia. El sacerdote Ramón Piñero inicia la transmisió­n de la misa.

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