Los científicos, en la última línea de inclusión
En era de COVID han sido poco escuchados, pero ven una luz de cambio.
Adiferencia de lo que ha ocurrido en otros países, cuyos gobiernos han incluido el aporte de sus científicos en la toma de decisiones para enfrentar a la COVID-19, los investigadores nacionales se han quejado de haber sido ignorados por las autoridades.
Más aún, desde la óptica de la salud pública y el control epidemiológico, han sido críticos con el manejo oficial de la enfermedad, al que le reprochan la falta de un sustento científico en las decisiones adoptadas.
En ese sentido, el anuncio del presidente electo, Guillermo Lasso, de que la ministra de Salud será la docente universitaria e investigadora científica Ximena Garzón, parece abrir las puertas a un reencuentro entre Academia y Gobierno.
Así lo consideran también científicos consultados por este Diario, aunque matizan que esto no será solo cuestión del perfil de la ministra, sino de una decisión política del Gobierno.
“Es positivo que la ministra designada tenga una formación académica acorde al área de su ejercicio; sin embargo, el trabajo efectivo de acercamiento entre Academia y Gobierno requiere la convicción y apoyo conjunto, de forma integral, es decir, desde presidencia, vicepresidencia y todas las carteras de Estado”, acota la coordinadora y fundadora de la Red Ecuatoriana de Mujeres Científicas, Patricia Castillo.
Explica que el nivel actual de la pandemia demanda el conocimiento de áreas como epidemiología, biomedicina, salud pública, psicología y trabajo social, es decir, cubrir el cuidado de la salud física y mental de la población. Asimismo, la inversión y gestión de un monitoreo a base de pruebas, aparte del plan de vacunación, que permitan hacer los ajustes necesarios en el momento oportuno.
Apunta que todo esto requiere del apoyo del gobierno y sus diferentes carteras de Estado. “Lo cual solo podremos comprobar que existe una vez que empiecen en sus funciones. De todas maneras se espera que la ministra Garzón sea una aliada en promover este encuentro necesario”, reitera.
El investigador y miembro de la Academia Ecuatoriana de Ciencias, Santiago Ron, también ve positivo el perfil académico de la futura ministra. “Es claro que es una académica y tiene la experiencia necesaria para buscar buenos asesores y tener un buen desempeño al frente del ministerio. Algo clave es que sea una persona honesta, el tiempo nos dirá si fue una designación correcta”.
La comunicadora especializada en difusión científica, Sofía Cabrera, también cree que el perfil de Garzón abre la posibilidad de ese reencuentro entre Academia y Gobierno.
Pero citando los casos de las científicas Linda Guamán y Ximena Abarca, quienes han sido involucradas en un proceso judicial por la compra de pruebas de diagnóstico en el Municipio de Quito, Cabrera percibe “apatía y decepción” entre los académicos por colaborar con el régimen. “No nos metemos en el sector público porque es muy complicado, hay mucha problematización y a veces sales mal parado”, expresa.
Sin embargo, dice que hay una triada formada por Estado, Academia y empresa privada; y que la pandemia nos ha enseñado que esta debe trabajar de manera coordinada y conjunta.
EL DETALLE
Coincidencia. Ximena Garzón es investigadora de la Universidad de las Américas (UDLA), donde el exministro Juan Carlos Zevallos era decano.