Diario Expreso

El Papa no quiere a mafiosos de feligreses

Crea un ente con el fin de excomulgar a miembros de bandas italianas.

- DANIEL VERDÚ El País ■ ESPECIAL PARA EXPRESO

LA FRASE

La Iglesia, durante tantos años, vivió en cómoda connivenci­a con la mafia para ocultar sus crímenes a cambio de ayuda.

FRANCISCO BERGOGLIO Pontífice de la Iglesia católica

La primera vez fue en Calabria, hace justo siete años. Francisco acababa de ser nombrado papa y se plantó en Casano allo Jonio delante de 200.000 personas, un mes después de que Cocó, un niño de tres años, hubiera sido asesinado y carbonizad­o junto a su abuelo durante un ajuste de cuentas de la ‘Ndrangheta, la mafia más poderosa de Italia. “Los mafiosos no están en comunión con Dios. Están excomulgad­os”, lanzó. Pero las cosas no son tan fáciles en el sur de Italia. Un mes después, unos 200 presos de la temible mafia calabresa no asistieron a misa en protesta por aquellas palabras que quedaron en eso, en una simple amenaza. El Vaticano, sin embargo, ha anunciado ahora que creará una comisión para estudiar el método para sustanciar aquellas palabras pronunciad­as en junio de 2014 e intentar cerrar la puerta de la Iglesia y de sus ritos a las organizaci­ones criminales.

Bergoglio llamó aquel día a las cosas por su nombre en un lugar acostumbra­do a la omertá (ley del silencio) o a los eufemismos. “La ‘Ndrangheta es la adoración del mal, el desprecio del bien común. Tiene que ser combatida, alejada. Nos lo piden nuestros hijos, nuestros jóvenes. Y la Iglesia tiene que ayudar”. El problema es que la Iglesia, durante tantos años, miró hacia otro lado o vivió en cómoda connivenci­a con la mafia para ocultar o ignorar sus crímenes a cambio de un puñado de ayudas o, simplement­e, para evitar problemas.

El mismo fin de semana de la protesta en las cárceles, en Oppido Mamertina, un pueblo de apenas 6.000 habitantes en la región de Calabria, los responsabl­es de una procesión detuvieron la imagen de la Virgen María frente a la casa de un viejo capo, condenado a cadena perpetua por delitos de extorsión y asesinato, pese a las protestas del capitán de los Carabinier­i. La guerra estaba abierta. Así que Francisco decidió comenzar su lucha nombrando a Francesco Oliva como nuevo obispo en Locride, zona cero de la ‘Ndrangheta.

El nuevo prelado cerró las puertas de la Iglesia a clanes. Prohibió donaciones de procedenci­a dudosa y se enfrentó a amenazas permanente­s. “Es el tiempo de pasar de las palabras a los hechos. De los documentos, a una acción pastoral ordinaria concreta que no permita ninguna sospecha de connivenci­a con el poder mafioso. La Iglesia sabe que los gestos concretos que rechazan cualquier complicida­d con la mentalidad mafiosa son imprescind­ibles. Esta comisión es un paso importante. Pero toda la Iglesia, con sus obispos, sacerdotes, fieles y organismos pastorales debe implicarse”, apunta al teléfono desde su diócesis calabresa. “Pero me parece que todavía no hay un claro y seguro discernimi­ento entre los comportami­entos mafiosos para que estemos alejados de ellos. Los mafiosos pertenecen también a las familias que se llaman cristianas. Desgraciad­amente el camino será todavía largo”.

La cercanía entre mafia e Iglesia, como apunta el obispo Oliva, se extiende durante décadas, incluso más de un siglo, en las regiones de Sicilia (Cosa Nostra), Nápoles (Camorra) o Puglia (Sacra Corona Unita). Pero también en todas las zonas de Italia donde las mafias se han expandido. La iconografí­a religiosa en las ceremonias y el estrecho contacto con la Iglesia no ha dejado de existir nunca. La ‘Ndrangheta, por ejemplo, adora a San Miguel Arcángel y celebra su gran reunión anual en el santuario de la Virgen de Polsi; la Camorra controló durante mucho tiempo parroquias y diócesis que permitiero­n bodas, bautizos y todo tipo de ceremonias con una elevada porosidad entre la estética religiosa y la criminal.

Francisco no fue el primero en iluminar las zonas oscuras de esta relación. Juan Pablo II hizo un llamado considerad­o por algunos como ‘histórico’ para la conversión de la mafia en 1993, y Benedicto XVI la definió como “camino a la muerte” en 2010. Pero hasta finales del siglo XX hubo muestras evidentes también de la promiscuid­ad entre estas organizaci­ones criminales y las finanzas del propio Vaticano, un fabuloso paraíso fiscal hasta hace poco para el blanqueo de capitales. De esta forma el papa Francisco comienza a cerrar las puertas a la mafia italiana.

DECISIONES

LA COMISIÓN

■ La comisión, creada por el Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral del Vaticano, estará formada por juristas y expertos laicos y religiosos para estudiar la manera de excomulgar a los mafiosos.

SACAR LO MALO

■ En la Doctrina Social de la Iglesia, en el Derecho Canónico y en el catecismo no se menciona la excomunión de la mafia, pero el papa quiere cortar de raíz lo que esté al margen de Dios.

 ?? FILIPPO MONTEFORTE / EFE ?? Advertenci­a. El papa Francisco dice que la mafia italiana debe ser combatida y alejada de la Iglesia católica.
FILIPPO MONTEFORTE / EFE Advertenci­a. El papa Francisco dice que la mafia italiana debe ser combatida y alejada de la Iglesia católica.

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