Punteros derechos muy rápidos, y con apodos
La característica del fútbol, estoy seguro de que, en todo el mundo, ha sido la velocidad de los punteros o aleros. Hoy, después de rebuscar en nuestros recuerdos, esta condición física muy usual en nuestro fútbol se hizo presente en los equipos que participaban en campeonatos locales.
Ya en la época en que mi señor padre “Don Geo”, las oficiaba de arquero del Patria y también del Italia, me relataba el caso del puntero derecho conocido como El Chileno Vélez, del Panamá, y quien, gracias a su velocidad, era capaz de lanzar un centro y llegar él también a un posible remate.
Conocí a muchos y jugué contra ellos, quienes, gracias a su habilidad y rapidez, hacían las delicias de los asistentes al estadio Capwell. Víctor Arteaga, del Norteamérica, tenía el apodo de El Venado, realmente un relámpago y que podía centrar sobre la marcha con gran facilidad. En el Patria estaba Nelson Áurea, su mote era Platillo Volador. Era muy difícil impedir su jugada con miras a la cabeza del delantero de su equipo. En el Everest, Pedro Gando era Camberra, nombre de los aviones ingleses que en esos momentos eran los más veloces del mundo. Gracias a sus formidables condiciones fue contratado por el Millonarios de Colombia en donde jugó varias temporadas haciendo valer su apodo, y por supuesto, su gran calidad.
Marcos Spencer, del Everest, era Colectivo, siempre lleno de sorpresas y bromeando con quien tenía la difícil tarea de marcarlo. En Emelec, José Vicente Balseca, El Loco, se daba el lujo de llamar a su marcador para disputar el balón. Una sonrisa y una broma casi siempre terminaban el aparente “duelo” con su rival. Carlos Cañola en Valdez lo apodaron Ventarrón. Hábil, escurrido y preciso en los centros. Y en Barcelona José ‘Sin Motivo’ Jiménez, era otro de los que podía centrar sobre la marcha sin perder velocidad, ni tampoco la sonrisa.
En los aficionados, muchas partes de este relato los hará recordar las inolvidables noches de nuestro pequeño, pero muy acogedor estadio Capwell, que también tenía apodo, La Caldera.