La infraestructura OLVIDADA
El 50 % de los planteles fiscales está deteriorado. El mal estado de los locales ha impedido un retorno seguro
Desde marzo de 2020 las puertas de varios planteles públicos han permanecido cerradas. El panorama de estos es desolador: no hay agua potable, los baños están en mal estado, la maleza crece de manera constante y los pupitres se están deteriorando.
Algunos planteles registran daños en sus instalaciones eléctricas o tuberías de agua; mientras que otros han sufrido robos de bancas, baterías sanitarias, computadoras y hasta de paredes y techo, como ha informado EXPRESO en diferentes ediciones.
Unos pocos se mantienen a flote con el apoyo de la comunidad, que se reúne una vez al mes para realizar mingas de limpieza, como las realizadas días antes del 22 de noviembre pasado, cuando más de 400.000 estudiantes de bachillerato técnico volvieron a las aulas, como parte de una primera fase de retorno general a la modalidad presencial.
En Ecuador hay 14.000 unidades educativas fiscales; de las cuales 7.748 (más del 50 %) están deterioradas, 2.136 en buenas condiciones y 1.253 en mal estado porque no tienen agua ni saneamiento adecuado o han sufrido los embates de la época invernal.
Cerca de 81 necesitan intervenciones de forma paulatina porque requieren inversiones sustanciales y algunas deben ser reconstruidas de forma integral, según el levantamiento de datos e inspecciones ‘in situ’ que realizó en meses pasados el Ministerio de Educación a nivel nacional.
Pero el descuido y deterioro de los planteles no es un problema de ahora por la pandemia; antes de esta varios colegios ya estaban en mal estado. Lo que hizo el coronavirus fue acentuarlo y dejar al descubierto el olvido en que quedaron, mencionan los padres de familia que, al parecer, han sido los únicos que se han preocupado de darles mantenimiento.
Los planteles más afectados son aquellos ubicados en Monte Sinaí, Sergio Toral, Bastión Popular, en el noroeste; Guasmos e Isla Trinitaria, en el sur del Puerto Principal.
“Las autoridades educativas se olvidaron de los colegios durante la emergencia sanitaria; mientras que la Policía no ha cumplido con la tarea de resguardarlos”, dice Carmen Zambrano, madre de familia de dos menores que se educan en la unidad educativa fiscal Julio Estrada Icaza, ubicada en la cooperativa Trinidad de Dios, sector Monte Sinaí.
Esta institución, como muchas otras, ha sufrido robos de las paredes de las aulas prefabricadas que están recubiertas por planchas metálicas, que los hampones han extraído para venderlas como chatarras. También se han llevado parte del mobiliario y cableado de energía eléctrica.
En cambio, las paredes de la escuela Agustín Guerrero Lizarzaburu, en la cooperativa Sergio Toral, están a punto de caerse. Los representantes han logrado recolectar dinero y reparar ciertos salones, pero mencionan que las autoridades deberían solucionar los problemas.
En la Zona 8, que abarca los cantones Guayaquil, Durán y Samborondón, hay 1.564 planteles. De ellos, 550 son públicos y el 8 % no está apto para el reinicio de clases, según informaron a EXPRESO las autoridades educativas.