EL IMPACTO QUE GENERÓ LA PANDEMIA
■ “La pandemia ha tenido un impacto emocional sin precedentes. La política tiene que adaptarse al momento vital, no podemos acomodarnos en políticas estancadas que generen desafección”, señala la alcaldesa Lluisa Moret.
Este año han destinado 160.000 euros (170.200 dólares) al servicio de atención psicológica (el presupuesto total del consistorio asciende a 95 millones al año) y prevén contratar a otros dos especialistas antes del verano. “En la adolescencia se dan transiciones que te marcan para el resto de tu vida, sobre todo en las familias más vulnerables. Había que hacer algo frente al colapso de la salud mental”.
El 37,7 % de la población del municipio tiene entre 16 y 35 años (31.670 personas). El pasado octubre, la Generalitat empezó a dotar a los centros de atención primaria de una nueva figura: el referente para el bienestar social y emocional. No son psicólogos clínicos, sino que su propósito es hacer sobre todo prevención.
Han sido contratados 230 profesionales, lo que cubre más de la mitad de los centros de salud de la comunidad.
También dan talleres de educación emocional para grupos, en los que les enseñan a detectar la sintomatología ligada a la baja autoestima, ansiedad, depresión o el bullying. Les hablan del oso blanco. “Cierra los ojos y no pienses en uno. Cuanto más intentas olvidar algo, más veces te viene a la mente. Por ejemplo, el chico que te ha dejado... Aquí aprenden técnicas de relajación”, señala el psicólogo clínico José Manuel Murillo.
Elisabet Navarro, de 29 años, hizo el taller, pero antes reservó una primera sesión individual online desde Holanda, donde estuvo seis meses de Erasmus. “A veces no tienes nada grave, pero necesitas un pequeño mentor”. Había vivido un cambio cultural bestial. “Al final me vine y luego necesité otra sesión para aceptar el cambio. Nunca hubiese pagado la atención privada porque no me lo puedo permitir”.