Las paradas del Metrobús sufren la falta de luz eléctrica
La administración dice que se necesita una rehabilitación urgente
Son las 18:30. Empieza a oscurecer y los usuarios de la estación de buses de La Ofelia, donde opera el Metrobús, sienten temor. Ven cada vez menos porque algunos focos de los andenes no sirven.
Los letreros de las rutas que van al noroccidente de la capital son indistinguibles. Los ciudadanos hacen fila por intuición o porque la fuerza de la costumbre los hace recordar dónde subirse a una unidad.
María Rodríguez se traslada desde Carcelén hasta Cotocollao todos los días a la misma hora. Dice que mientras hace fila debe apretar bien su cartera, porque los ‘choros’ “aprovechan la oscuridad para robar”.
Ella recuerda que la falta de luz en los andenes se evidenció el año pasado, cuando la ciudad volvió a la normalidad luego de la pandemia. Ney Jiménez, gerente del Consorcio Corredor Central Norte (a cargo de esta y todas las paradas del Metrobús), dice que precisamente ese período hizo que todo empeorara.
“De pronto dejamos de percibir ingresos y no había para hacer mantenimientos”.
En algunas zonas la luz titila como en una película de terror. En otras, hay goteras. Los usuarios hasta han tenido que usar paraguas bajo techo.
Jiménez dice que tanto la flota como las infraestructuras ya cumplieron su vida útil y que resulta “más barato comprar todo nuevo que rehabilitar lo que existe ahora”.
Y para ello, se necesita ‘billete’. Pero no hay, pues solo el cambio de unidades costaría 20 millones de dólares. Aunque se muestra optimista, porque en su última reunión con el Cabildo quiteño habrían acordado que la rehabilitación es urgente.
EL DETALLE
1 cambio. El principal problema es que los buses han cumplido su vida útil y deben ser renovados.