EL FUTURO DE PLATA EMPEZÓ AYER
Gonzalo Plata acompaña por dentro, el contacto con el hombre marca, le sirve para girar. Maneja la aceleración, los frenos, para tener mejor panorama.
Antes iba en línea recta y eludía. Se sacaba rivales de encima y definía. Hoy agarra más curvas y menos rectas. Esto incide en el armado de la jugada.
Entregando su calidad técnica y su temperamento ganador como una síntesis de lo que todos queremos para la selección.
Cuando no tiene la pelota y está desmarcado, los demás compañeros se van acomodando y eso provoca desorden en los adversarios, si no coordinan rápido.
Plata saca de la galera acciones que nadie prevé.
El fútbol es un metro para atrás, o uno para delante. A veces lo más productivo y beneficioso es un metro para atrás y se tiene una visión limpia de la jugada.
Gustavo Alfaro está progresando a la par del equipo, es un reflejo de lo que Ecuador hace en la cancha. Su confianza y estado de ánimo contagian. Su método es mantener el cero en su arco, el gol depende de la ambición de sus delanteros.
Ecuador puede ser riguroso y eficiente en cualquier parte del campo. El saber jugar se resume en comprensiones tácticas en cada momento: si hay que tocar de primera, guardar el balón o conducir. Una cosa es recuperar la pelota, otra defender el arco. Son dos acciones diferentes. Los espacios más importantes están entre la pelota y tu portería.
Ecuador lo va sobrellevando al partido, no recibe muchos goles, no es pasivo, ni muy replegado. El fútbol está lleno de decisiones simples. Cuánto daño hace el centro de primera; es difícil de contrarrestar. La defensa adversaria sube y baja; el pase de primera la descoloca.
Plata es la conexión, mira ocho o nueve veces alrededor antes de que le llegue la pelota. El escaneo ahorra tiempo y le ayuda a pensar. Tiene habilidad difícil de descifrar, va por fuera y, de repente, se corta por dentro. Maneja la doble amenaza: habilidad para gambetear para un lado y para el otro, entonces le aparecen una multitud de posibilidades: la pared, el toque, el remate. No hay forma de que le quiten la pelota, por espacios estrechos. Lo incontrolable en el fútbol, es lo que puede hacer un jugador en una maniobra determinada.
Cuando mete, gambeta y se saca un hombre de encima, la cancha se abre. Esto es propiedad de los grandes jugadores: nunca insinúa lo que va a hacer para que aparezca el reflejo tardío de la marca rival.