Baja la deuda, suben los atrasos
La actual relación con el FMI además de traernos abundante financiamiento, nos está acostumbrando a recibir mejor información sobre la deuda pública. Recientemente Finanzas registra incluso lo que aún no se ha considerado como deuda y se mantiene como contingente, en especial casi USD 5.000 millones de pagos reclamados al Gobierno por atención médica de la Seguridad Social. Contar con mejor información permite entender las urgencias por corregir la situación fiscal con la finalidad de incrementar la recaudación tributaria, mantener controlado el gasto y asegurar el acceso a financiamiento cuando se vayan agotando las actuales fuentes.
Ha sido común utilizar la menor ejecución del gasto como una práctica para financiar los presupuestos estatales bajo el conocimiento de la dificultad operativa que este demanda, lo cual en realidad evidencia una inadecuada planificación. Pagar tarde y mal también forma parte de esquemas de financiamiento presupuestario y los nuevos reportes de deuda lo retratan de cuerpo entero.
Al finalizar el año 2021, los saldos de atrasos de presupuestos anteriores llegaron a USD 1.285 millones y los atrasos del último ejercicio fiscal sumaron otros USD 2.105 millones. En total USD 3.390 millones o 3,2 % del PIB, que al final del día no pudieron ser trasladados a la economía por falta de recursos. Ese atraso corresponde a obras ejecutadas con facturas recibidas, pero que no pudieron ser canceladas por el Ministerio de Finanzas y forman parte de la deuda pública total que el año pasado terminó en 74,5 % del PIB.
Al finalizar el cuarto mes del 2022 la relación deuda pública total frente al PIB se ubica en 68,5 %, 6 puntos mejor que el año previo, en buena medida porque el PIB estaría creciendo de 105 a 114 mil millones de dólares de un año a otro, y también porque habría una baja neta de USD 546 millones de endeudamiento que se ubica en USD 77.965 millones.
Si bien la deuda neta cae, sus componentes corren con distinta suerte. La deuda pública bajó USD 1.082 millones mientras que los atrasos suben USD 536 millones hasta abril de 2022.
Los atrasos del año actual, junto con los acumulados de años anteriores suman USD 3.926 millones y deberían ser atendidos con parte del excedente petrolero (los del año actual) y con nueva deuda (lo de años anteriores ojalá a mayor ritmo) con la finalidad de brindar a los proveedores la capacidad de aliviar sus pendientes y servir como dinamizador de la economía. No hay que preocuparse por tomar nueva deuda para bajar atrasos ya que aquello no aumentaría el endeudamiento público al constar registrado como deuda pública y solo se estaría sustituyendo para reflejarlo adecuadamente.
Para tener una mejor idea de lo que representan los atrasos como fuente de financiamiento público, al mes de abril de 2022 los atrasos se ubican apenas USD 422 millones por debajo de lo que Finanzas adeuda a China. En mayo los atrasos se redujeron arriba de USD 130 millones. Seguir bajando atrasos brinda una herramienta para trasladar recursos a la economía a partir de los actuales fondos disponibles o cuando el Directorio del FMI luego del 17 de junio autorice el desembolso de los USD 1.000 millones que recomienda su equipo técnico por estar cumpliendo el programa acordado.
No hay que preocuparse por tomar nueva deuda para bajar atrasos ya que aquello no aumentaría el endeudamiento público al constar registrado como deuda pública y solo se estaría sustituyendo para reflejarlo adecuadamente’.