El guardado festejo de Jesús del Gran Poder
La festividad boliviana fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 2019
El poder y la fuerza de los Andes se volvieron a sentir ayer en las calles de La Paz con un despliegue de colores, música y entusiastas danzarines devotos del Señor Jesús del Gran Poder para estrenar por fin el título de Patrimonio de la Humanidad de esta festividad boliviana, postergada por dos años debido a la pandemia.
Unos 60.000 danzarines agrupados en 76 fraternidades recorren bailando danzas folclóricas bolivianas los ocho kilómetros desde la populosa zona Garita de Lima, en el noroeste paceño, pasando por varios barrios comerciales, el centro histórico y las principales avenidas de la ciudad.
La fiesta fue encabezada por un grupo de ‘amautas’ o sabios aimaras que realizaron un ritual ancestral de agradecimiento a la Pachamama o Madre Tierra al llegar al templo de Jesús del Gran Poder.
Tras ellos estaban el alcalde de La Paz, Iván Arias, junto a representantes de los folcloristas paceños y otros funcionarios municipales, quienes iniciaron el recorrido con un minuto de silencio por las personas fallecidas a causa de la pandemia de COVID-19.