Un modelo complejo que será difícil de modificar
Antes de hacer reformas, la corrupción es uno de los problemas que debe ser combatido ❚ El Gobierno ha relegado las reformas en materia sanitaria
Un entramado complejo que se ha llenado de corrupción. Así definen expertos al sistema de salud pública ecuatoriano.
Todos coinciden en que el actual sistema debe modificarse, pero, por ahora, no hay la intención del Gobierno o no está dentro de sus prioridades.
Si se quiere mejorar el actual sistema de salud se debe restablecer lo que ya se tiene, aseguró Esteban Ortiz, médico investigador de la Universidad de las Américas (UDLA).
“El sistema tiene que reconocer cuántos son sus beneficiarios y para eso se debe estandarizar el acceso y toda la información para que una persona ingrese al Ecuador”, aseguró Ortiz.
Si bien el sistema ideal de salud es aquel con un solo proveedor público, “establecer eso en Ecuador es imposible”, afirmó Ortiz. Lo que se debe hacer es una definición correcta de los beneficios de cada uno de los subsistemas y equipar en atención y calidad.
“Hay que optimizar lo que hay, porque empezar esto desde cero lo veo muy complicado, la verdad”, dijo Ortiz.
Si no se cambia a las personas que están al frente de la salud, que llevan más de 15 años en sus cargos, no es posible un cambio, aseguró Santiago Carrasco, presidente de la Federación Médica Ecuatoriana.
“Son los mismos 15 años, las mismas personas con los mismos problemas de no dar soluciones, tanto en el Ministerio de Salud como en la Seguridad Social”, manifestó Carrasco.
A eso se suma la falta de iniciativa del Gobierno para realizar reformas, aseguró Carrasco. “No se ha discutido el plan de salud (...) y lo poco que pudieron haber tenido no lo han cumplido”, dijo Carrasco.
Unificar los sistemas de salud por ahora luce complicado, aseguró Héctor Rosero, experto en salud pública. Si bien puede ser una salida que pueda funcionar para el país, los impedimentos legales hacen que el cambio por ahora luzca inviable.
Según el estudio Financiamiento del Sistema Nacional de Salud ecuatoriano para la cobertura universal, hecho por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el 40 % de este gasto es financiado por los hogares.
Es decir, el equivalente a $ 3.528 millones anuales es asumido por los bolsillos de los hogares ecuatorianos de manera directa.
Mientras que el resto del gasto en salud es financiado por el Gobierno, a través del seguro de salud obligatorio (Seguro Social), por los seguros de salud voluntarios y por las instituciones sin fines de lucro. Aunque estas cifras reflejan una mayor participación del Estado en el financiamiento de la salud, la estructura actual con un alto gasto de los hogares se constituye en una barrera económica que limita “el acceso a los servicios médicos, particularmente de los grupos más vulnerables”, según la OIT.
“Lo que sí se debe empujar es que el Ministerio de Salud Pública tenga un presupuesto adecuado para que las unidades hospitalarias puedan atender todas las situaciones de emergencia”, aseguró Rosero.
En ese contexto, en los últimos años, el presupuesto para salud sufrió ajustes, sobre todo tras la crisis agravada por la pandemia de COVID-19.
Los recursos limitados en salud son un problema en la región, afirmó la OCDE. La proporción del gasto total en salud cubierto por esquemas gubernamentales y seguros obligatorios es mucho menor en América Latina y el Caribe en comparación con la OCDE (54,3 % versus 73,6 %), aseguró el estudio del organismo.
Si bien la OCDE recomienda que se debe incrementar el gasto público en salud en los países de la región, este también debe venir asociado con una reducción en el malgasto, es decir, un gasto que no ofrece ninguna mejora en los resultados de salud.
Tal malgasto, dice el organismo, significa que la región está logrando resultados menos óptimos, en términos de calidad de vida de las personas, seguridad y eficacia de la atención, dados los recursos que destina a los sistemas de salud. Es decir, se debe ampliar el gasto, pero debe apuntalar la eficiencia.
EL DETALLE
Estudio. La Organización Internacional del Trabajo señala que el 40 % del gasto en salud en Ecuador tiene que ser cubierto por parte de los ciudadanos.