FIDEL MARTÍNEZ
El achique debe coordinarse con la presión. Si los defensores van a reducir espacios y la pelota no está presionada, y además el adversario la mueve rápido, es mejor no salir y no achicar hacia delante. Pensar en riesgo es no confiarse excesivamente.
Presión alta: lo bueno de recuperar la pelota en área rival, para finalizar la jugada, es que se toma a la defensa despoblada y al revés.
Esos segundos posteriores al robo del balón son valiosos para someter al contrincante descompensado. El ataque se define con jugadores pensantes, que resuelven antes, saben cuándo darla, cuándo frenar. La inteligencia táctica está constituida por atención, percepción y toma de decisiones. Los defensores y delanteros ayudan a ganar los partidos, pero es imposible jugar bien sin medio campo.
Fidel Martínez esconde los pases, usa el cuerpo para engañar al rival. Insinúa ponerla a la derecha y la deja a la izquierda. Eso le ofrece tiempo al compañero. Distingue entre un pase premeditado y un pase ensayado.
Construye el sentido del equipo. No es talento vistoso, es laborioso. Va ocupando lugares que dejan abandonados sus compañeros. Toca y se desdobla para recibir; identifica dónde está el claro.
Regularmente tiene versatilidad para cumplir diferentes funciones y no sacarse la pelota de encima, sino hacer cosas que sorprenden.
Defiende el balón con todo el cuerpo y gira. Ágil y ordenado cuando se le presentan los espacios. Lleva el peso del partido. Sincroniza el lanzamiento con la carrera de los receptores. El ataque indirecto le queda bien, usa al compañero para ir por dentro y sacar un remate tenso de esos que ningún defensor quiere tocar porque su desvío es peligroso.
Está obligado a atacar por espacios muy estrechos; mueve la pelota rápido, encuentra pases por dentro para compañeros perfilados mirando el arco de frente.
Cuando está acorralado y no hay posibilidad, cambia la orientación de la jugada, se las ingenia. Existen cosas que son entrenables, pero otras como la sabiduría y la inventiva no lo son. En su último paso por Barcelona, Martínez dejó muchos goles filarmónicos. La explicación del partido estaba en su contundencia.