Sobrevivir como artista, independiente y local
La lucha de algunos es generar arte y ganar dinero, o buscar otros ingresos ❚ Lamentan la falta de apoyo y de respeto a la profesión ❚ A veces hasta los estafan
Ser cantante y llevar los apellidos de independiente y de local es la peor combinación para salir adelante en Ecuador y, particularmente, en Guayaquil. Los talentos que pelean por sobresalir y tratar de vivir de la música se desesperan por años por el inexistente apoyo que termina manifestándose incluso en faltas de respeto a su trabajo.
ANDREA ROMÁN,
solista
Como música nacional independiente, he tenido muchísimos problemas. Para empezar, con el legítimo “acolita a la tocada”, y como es un acolite no hay paga de por medio.
FA PAREDES, productor musical y vocalista de
Ludovico
Mi satisfacción es estar en el escenario, tocar y vivir esa adrenalina con el público. Se puede vivir de lo que te gusta, es posible. No digo que a veces no sea difícil, lo es, pero es posible.
Un panorama frío se vislumbra cuando se pretende entender las múltiples complicaciones que debe atravesar el artista independiente local. El conflicto que algunos viven recae en dos opciones: hacer música y ganar dinero, o alejarse de la música y empezar a trabajar en algo que sea “realmente” rentable. Esta es la cruz del músico.
Apurados, alegres, en constante movimiento y aplazando actividades ya pactadas es como a diario vive la banda guayaquileña de rock Ludovico, que ha sobrevivido al tiempo, a las trabas y a la falta de una industria establecida, porque si bien existe un lado oscuro, las recompensas son innumerables.
“Si realmente la música es para ti, pues te dará frutos”, explica Ney Suárez, baterista de la banda mencionada, quien sin renunciar a lo que ama ha encontrado otras maneras de convertirla en una fuente de ingresos. Asiste a shows, bodas y cumpleaños, además es DJ y tiene un proyecto de bandas de matrimonios llamado Funky Fiestas. “Tienes que dedicarle más tiempo a esto como si fuera un trabajo, porque lo es, y exigir una remuneración cuando sea el momento apropiado”, alerta.
Santiago Calderón, músico independiente guayaquileño, coincide con la idea de que el amor a la música no se puede abandonar. Está dedicado a ello por completo desde hace cuatro años y su propósito es lograr vivir de su arte. “Yo me he presentado solamente por presentarme, disfruto mucho del proceso de hacer música, considero que es la parte más enriquecedora del artista”, comenta entusiasmado.
No obstante, no existe una industria establecida en nuestro mercado y al no tenerla, la regulación de precios no es posible. Es un mercado prácticamente improvisado y desconocido para el músico nuevo. Para Santiago, tener malas experiencias ha sido común, pero le han servido de aprendizaje. “Una vez para un evento en el que me prometieron pagar y con el que yo estaba comprometido, simplemente no me pagaron. Había llevado a mi gente, estuve desde temprano haciendo pruebas de sonido”. Explica que algunas veces es culpa del organizador y otras no. En ese caso, se debió a una mala organización en el sitio donde se llevó a cabo el show.
Una situación similar vivió Andrea Román, artista de Guayaquil que por exceso de confianza sufrió una estafa. En su caso, un ‘amigo’ se aprovechó de la falta de un contrato que nunca se firmó, pues no lo vio necesario. “Puedo decirte que el pianista y los que tocaron conmigo ganaron dinero, yo no gané ni un centavo. Fue una falta de respeto, una estafa. Me habían ofrecido videos y fotos del evento, pero no tengo nada de eso”, comenta. “Lo absurdo de ser un artista aquí” es la frase que usa Andrea para referirse al momento en que quiso tocar en un restaurante para promocionar una canción y le indicaron que debía pagar 100 dólares para hacer el show en el sitio.
No se puede negar que la visibilidad e importancia que ha tomado el arte en los últimos años con la llegada de instituciones educativas del ramo, han servido de ancla para muchos artistas. John Villamar estudia música actualmente en la Universidad de las Artes. Sin embargo, explica que en las universidades enseñan a sonar bien, pero no qué hacer para poder llegar a ser un artista “exitoso”.
Algunos han optado por otro tipo de métodos para darse a conocer. “La estrategia está en trabajar duro, presentarse todas las veces que sea posible hacerlo, tener buen contenido en redes sociales y sacar temas continuamente. Tener un buen círculo de amigos que les guste la música y te apoyen es también muy necesario”, argumenta el artista Santiago Calderón.
Si bien estas situaciones son parte de la cruz que los acompaña en Guayaquil y en general en todo el país, para ellos hacer arte es maravilloso. De allí que exhortan y esperan que haya más apoyo de parte de las autoridades, a fin de que vean la música como esa profesión que vale la pena y pone en alto también el nombre del pedazo de tierra al que representan.
EL DETALLE
Hecho. Los músicos sugieren que si una persona quiere vivir del arte, no lo haga tocando solo en una banda, sino participando con más y en diferentes escenarios.