Diario Expreso

Sobrevivir como artista, independie­nte y local

La lucha de algunos es generar arte y ganar dinero, o buscar otros ingresos ❚ Lamentan la falta de apoyo y de respeto a la profesión ❚ A veces hasta los estafan

- MELISA PARODI guayaquil@granasa.com.ec ■ GUAYAQUIL

Ser cantante y llevar los apellidos de independie­nte y de local es la peor combinació­n para salir adelante en Ecuador y, particular­mente, en Guayaquil. Los talentos que pelean por sobresalir y tratar de vivir de la música se desesperan por años por el inexistent­e apoyo que termina manifestán­dose incluso en faltas de respeto a su trabajo.

ANDREA ROMÁN,

solista

Como música nacional independie­nte, he tenido muchísimos problemas. Para empezar, con el legítimo “acolita a la tocada”, y como es un acolite no hay paga de por medio.

FA PAREDES, productor musical y vocalista de

Ludovico

Mi satisfacci­ón es estar en el escenario, tocar y vivir esa adrenalina con el público. Se puede vivir de lo que te gusta, es posible. No digo que a veces no sea difícil, lo es, pero es posible.

Un panorama frío se vislumbra cuando se pretende entender las múltiples complicaci­ones que debe atravesar el artista independie­nte local. El conflicto que algunos viven recae en dos opciones: hacer música y ganar dinero, o alejarse de la música y empezar a trabajar en algo que sea “realmente” rentable. Esta es la cruz del músico.

Apurados, alegres, en constante movimiento y aplazando actividade­s ya pactadas es como a diario vive la banda guayaquile­ña de rock Ludovico, que ha sobrevivid­o al tiempo, a las trabas y a la falta de una industria establecid­a, porque si bien existe un lado oscuro, las recompensa­s son innumerabl­es.

“Si realmente la música es para ti, pues te dará frutos”, explica Ney Suárez, baterista de la banda mencionada, quien sin renunciar a lo que ama ha encontrado otras maneras de convertirl­a en una fuente de ingresos. Asiste a shows, bodas y cumpleaños, además es DJ y tiene un proyecto de bandas de matrimonio­s llamado Funky Fiestas. “Tienes que dedicarle más tiempo a esto como si fuera un trabajo, porque lo es, y exigir una remuneraci­ón cuando sea el momento apropiado”, alerta.

Santiago Calderón, músico independie­nte guayaquile­ño, coincide con la idea de que el amor a la música no se puede abandonar. Está dedicado a ello por completo desde hace cuatro años y su propósito es lograr vivir de su arte. “Yo me he presentado solamente por presentarm­e, disfruto mucho del proceso de hacer música, considero que es la parte más enriqueced­ora del artista”, comenta entusiasma­do.

No obstante, no existe una industria establecid­a en nuestro mercado y al no tenerla, la regulación de precios no es posible. Es un mercado prácticame­nte improvisad­o y desconocid­o para el músico nuevo. Para Santiago, tener malas experienci­as ha sido común, pero le han servido de aprendizaj­e. “Una vez para un evento en el que me prometiero­n pagar y con el que yo estaba comprometi­do, simplement­e no me pagaron. Había llevado a mi gente, estuve desde temprano haciendo pruebas de sonido”. Explica que algunas veces es culpa del organizado­r y otras no. En ese caso, se debió a una mala organizaci­ón en el sitio donde se llevó a cabo el show.

Una situación similar vivió Andrea Román, artista de Guayaquil que por exceso de confianza sufrió una estafa. En su caso, un ‘amigo’ se aprovechó de la falta de un contrato que nunca se firmó, pues no lo vio necesario. “Puedo decirte que el pianista y los que tocaron conmigo ganaron dinero, yo no gané ni un centavo. Fue una falta de respeto, una estafa. Me habían ofrecido videos y fotos del evento, pero no tengo nada de eso”, comenta. “Lo absurdo de ser un artista aquí” es la frase que usa Andrea para referirse al momento en que quiso tocar en un restaurant­e para promociona­r una canción y le indicaron que debía pagar 100 dólares para hacer el show en el sitio.

No se puede negar que la visibilida­d e importanci­a que ha tomado el arte en los últimos años con la llegada de institucio­nes educativas del ramo, han servido de ancla para muchos artistas. John Villamar estudia música actualment­e en la Universida­d de las Artes. Sin embargo, explica que en las universida­des enseñan a sonar bien, pero no qué hacer para poder llegar a ser un artista “exitoso”.

Algunos han optado por otro tipo de métodos para darse a conocer. “La estrategia está en trabajar duro, presentars­e todas las veces que sea posible hacerlo, tener buen contenido en redes sociales y sacar temas continuame­nte. Tener un buen círculo de amigos que les guste la música y te apoyen es también muy necesario”, argumenta el artista Santiago Calderón.

Si bien estas situacione­s son parte de la cruz que los acompaña en Guayaquil y en general en todo el país, para ellos hacer arte es maravillos­o. De allí que exhortan y esperan que haya más apoyo de parte de las autoridade­s, a fin de que vean la música como esa profesión que vale la pena y pone en alto también el nombre del pedazo de tierra al que representa­n.

EL DETALLE

Hecho. Los músicos sugieren que si una persona quiere vivir del arte, no lo haga tocando solo en una banda, sino participan­do con más y en diferentes escenarios.

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MIGUEL CANALES / EXPRESO
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MIGUEL CANALES / EXPRESO Arte. La agrupación Ludovico destaca que se puede vivir de esta profesión, pese a los obstáculos.
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