La biodiversidad y el medioambiente como escudo protector para los humanos
Tal como lo advierte The Lancet en su boletín de 2018, la comunidad científica lleva años lanzando esta alerta: la pérdida de biodiversidad actúa como catalizador para la expansión de virus y otras enfermedades infecciosas.
Los animales y plantas funcionan como un escudo protector. Muchas especies actúan como huéspedes de virus que no conocemos aún. Si disminuimos esta diversidad y destruimos ecosistemas, facilitamos que dichos virus salten al ser humano.
Se estima que el 75 % de las enfermedades nuevas que nos infectan proviene de animales (profesor Josef Settele).
David Quammen, uno de los periodistas científicos más reputados del mundo, indica: «cortamos árboles, matamos animales o los encerramos en jaulas y los enviamos a mercados. Desequilibramos los ecosistemas y liberamos los virus de su huésped original. Cuando esto ocurre buscan un nuevo organismo, y nosotros siempre estamos ahí».
Si queremos evitar nuevas pandemias, proteger la biodiversidad y fomentar ecosistemas sostenibles no es una opción: es una obligación. Y no hay tiempo que perder; al ritmo actual, en las próximas décadas perderemos una de cada ocho especies del planeta.
El COVID-19 nos enseñó que la salud del planeta está en nuestras manos. El 75 % de las enfermedades emergentes son zoonóticas; ej.: viruela del mono, la gripe porcina/ aviar, ébola, VIH, salmonelosis, hidatidosis, el MERS, el SARS, etc.