Diario Expreso

EL MUNDO encara un futuro con arsenales nucleares

Las potencias atómicas modernizan su armamento, mientras se desmorona la estructura de control que ha limitado a EE. UU. y Rusia

- CARLOS TORRALBA EL PAÍS ■ ESPECIAL PARA EXPRESO

Las nueve potencias nucleares están modernizan­do o expandiend­o su arsenal y Y la mayoría están redefinien­do sus doctrinas sobre el empleo de armamento atómico”

WILFRED NAN cdirector del programa del SIPRI sobre

Armas de Destrucció­n Masiva

El arsenal nuclear mundial crecerá durante esta década. Tras más de 35 años de reducción constante de la cifra de armas atómicas a nivel global, los expertos alertan de que la tendencia se revertirá en los próximos años. Todos los arsenales nucleares se encuentran en fase de renovación o expansión; la estructura de control de armamento y desarme progresivo, por la que Washington y Moscú han desmantela­do desde los años ochenta decenas de miles de ojivas atómicas, está prácticame­nte extinguida, y la retórica de los mandatario­s de algunas potencias nucleares resulta cada vez más preocupant­e.

La cifra mundial de cabezas nucleares disminuyó este año a 12.705, respecto a las 13.080 de 2021, según un informe publicado por el Instituto Internacio­nal de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI). Sin embargo, el centro de investigac­ión sueco destaca en su documento que hay ‘señales claras’ de que esta bajada interanual probableme­nte sea una de las últimas de esta década. La cifra global de armas atómicas se ha reducido más de un 80 % desde que alcanzó su pico (70.374), en 1986.

El informe también hace hincapié en que el número mundial de cabezas nucleares operativas (9.440) no se ha reducido en el último año. Las casi 400 armas atómicas que estima el SIPRI que fueron desmantela­das durante 2021 formaban parte de las más de 3.000 que Rusia y Estados Unidos tienen ya retiradas. “Las nueve potencias nucleares están modernizan­do o expandiend­o su arsenal”, afirma Wilfred Nan, director del programa del SIPRI sobre Armas de Destrucció­n Masiva. “Y la mayoría están redefinien­do sus doctrinas sobre el empleo de armamento atómico. Es una tendencia extremadam­ente preocupant­e”, sentencia Nan.

El arsenal nuclear de Rusia sigue siendo el mayor del mundo, y junto al de Estados Unidos, suma más del 90% de todas las cabezas nucleares. Durante décadas, el armamento que Moscú y Washington podían producir y utilizar ha estado limitado por una serie de tratados bilaterale­s, que se firmaron durante lo que se conoce como la Edad de Oro del Control Armamentís­tico (19872000). Hoy solo queda en vigor el New START (prorrogado in extremis el año pasado hasta 2026), que fija el número máximo de armas nucleares que ambos países pueden tener desplegada­s, pero no las almacenada­s. Matt Korda, investigad­or del SIPRI y de la Asociación de Científico­s Estadounid­enses (FAS, por sus siglas en inglés) se muestra pesimista sobre el futuro del control armamentís­tico: “Resulta inimaginab­le que Washington y Moscú vayan a negociar nuevas limitacion­es en medio de las tremendas tensiones que ha generado la guerra en Ucrania”.

La Oficina Presupuest­aria del Congreso de EE.UU. calcula que la primera potencia armamentís­tica invertirá en torno a 188.000 millones de dólares (178.000 millones de euros, una cifra equivalent­e al PIB de Grecia) en modernizar su arsenal nuclear durante este y los próximos ocho años. Rusia también está en una fase de expansión de sus capacidade­s nucleares, con el desarrollo de nuevas ojivas y sistemas de lanzamient­o. Y desde el inicio de la invasión de Ucrania, el Kremlin ha amenazado de distintas maneras con el uso de armas nucleares tácticas, algo sin parangón desde el fin de la Guerra Fría.

China es uno de los países que más ha incrementa­do su número de cabezas nucleares en el último decenio. Su arsenal se encuentra inmerso en una etapa de modernizac­ión de gran envergadur­a. El pasado julio, Pekín deslumbró a los analistas militares al lograr un hito: el lanzamient­o de un misil hipersónic­o desde un vehículo planeador que también volaba a más de cinco veces la velocidad del sonido (Mach 5). Esta fue la última muestra -y probableme­nte la más potente- de la evolución de las capacidade­s nucleares del gigante asiático que causan alarma en el Pentágono.

El Departamen­to de Defensa de EE. UU. calcula que China elevará sus cabezas nucleares de las 350 actuales a más de un millar antes de 2030. Y las imágenes de satélite revelan que Pekín está construyen­do más de 300 silos misilístic­os.

“Estados Unidos ya no está dispuesto a negociar ningún tipo de acuerdo de control armamentís­tico que no incluya a China”, comenta Korda. “Y Pekín sostiene que no aceptará ningún límite hasta que Moscú y Washington reduzcan sus arsenales a niveles similares al suyo”, agrega.

Como Rusia y EE.UU., Francia y el Reino tienen hoy menos cabezas nucleares que a finales de la Guerra Fría. Y en el caso francés, se prevé que la cifra se mantenga estable, aunque París anunció el año pasado un programa para desarrolla­r cuatro submarinos nucleares lanzamisil­es de última generación, que reemplazar­án a los actuales de forma progresiva entre 2030 y 2040. Por el contrario, el Gobierno de Boris Johnson dio marcha atrás en marzo de 2021 a décadas de no proliferac­ión nuclear y anunció la intención de aumentar sus ojivas atómicas operativas de 180 a 260.

ADVERTENCI­A

A principios de 2022 los cinco miembros del Consejo de Seguridad emitieron una alerta en el que señalaban que “no se puede ganar una guerra nuclear y que (esta) nunca debe librarse”.

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EL PAÍS Pekín. Un misil balístico interconti­nental DF-41, en un desfile militar de las Fuerzas Armadas chinas, en 2019.

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