¿Dónde está el liderazgo de los supuestos líderes?
Nunca hemos tenido verdaderos líderes que respondan a los intereses supra, los del pueblo. Hemos conocido líderes que se empipan, viven, gozan y potencian su insolvencia moral a través de sus “limpias imágenes” gracias a los fondos estatales que representan, como se refleja en alcaldías y prefecturas. Los líderes nacionales se esconden tras telones, donde muchos meses atrás eran rebeldes descendientes de Huancavilca, con guayabera a medio pecho abierto y una avenida abarrotada de ingenuos, exponiendo su ronroneo con bravura y resistencia. Todo terminó siendo un show entre el sillón de Carondelet y Olmedo. Ahora, donde las papas están calientes los supuestos “líderes” giran su inmoral rostro ante la realidad recrudecida, aguantando payasos con bastones y guantes, esbirros chimbadores, delincuentes comunes y de terno caro. Ya no creo en liderazgos populares disfrazados de emperadores, caudillos y marionetas, es momento de sepultar esa clase política putrefacta que sin descanso fabrica indiscriminadamente descendientes lixiviados políticos que ahondan la crisis. Hago un llamado a la unidad de los verdaderos líderes nacionales, provinciales, cantonales y parroquiales que emanan de la ciudadanía, no de jeques políticos arrugados, con exceso de tinte y pretensiones metastásicas para nuestra niñez y juventud presente y futura. Debemos hacer en las elecciones 2023 campaña de concientización para evitar errores e identificar patrañas y embustes de politisaurios.
Ab. Jaime Andrés Véliz Ortiz