Los longevos también juegan al fútbol profesional
La noticia, como no podía ser de otra manera, me impactó. Saber que el japonés Kazuyoshi Miura, nacido un 26 de febrero de 1967, firmaba un nuevo contrato como futbolista profesional con su equipo, el Yokohama de la liga profesional japonesa, con 51 años, fue una sorpresa.
Después de la Segunda Guerra Mundial, Miura con su familia emigraron a Brasil. Allí aprendió a jugar fútbol en series inferiores del club Santos, siempre como delantero; sus características eran y son su gran velocidad y oportunismo. Sus condiciones lo llevaron a jugar en el Génova de la liga profesional italiana.
En su palmarés tiene más de 200 goles y, representando a Japón, jugó el Mundial de 1998. Su disciplina, velocidad y profesionalismo, cosas que deberían ser imitadas, lo ha llevado a seguir siendo figura mundial del balompié.
El caso de Miura hace recordar el de otro “longevo” como Stanley Matthews, quien nació el 1 de febrero de 1915 y cuyo primer equipo fue el Stoke City en 1932.
Su apodo deportivo fue ‘El mago del regate’. Su ubicación era como puntero derecho y tenía una estatura de 1.74; fue nueve veces campeón inglés y fue considerado el mejor jugador de los años comprendidos entre 1946 y 1963, siendo el primer futbolista en obtener cuatro veces el tan codiciado Balón de Oro.
Jugó 710 partidos oficiales y fue 54 veces seleccionado inglés; jugó los mundiales de 1950 y 1954. Nunca fue ni amonestado o peor aún expulsado de la cancha.
Sus grandes condiciones, no solo como deportista, sino también como ciudadano, lo llevaron a ser premiado por la Reina Isabel con el título de Sir, es decir, Caballero de la Realeza Británica.
Se retiró en 1965, un año antes del Mundial de Inglaterra. Falleció en febrero del año 2000, a los 85 años.
Ejemplos como los que se anotan son realmente raros, por cuanto la continuidad de los juegos y muchas veces la violencia de los mismos, terminan con carreras que podrían haber sido emblemáticas.