La región muestra su músculo al alza de tasas
La experiencia en las subidas de tipos por la inflación ha sido una ventaja ❚ El encarecimiento del crédito apenas comienza
Los países latinoamericanos han pasado una primera prueba. La semana pasada, el banco central estadounidense, la Reserva Federal, subió sus tipos de interés de referencia en 75 puntos básicos, poniendo fin a una era de crédito barato con tasas prácticamente en cero. A pesar de que los mercados ya la esperaban, existía el temor de que las economías emergentes sufrieran una desestabilización de sus sistemas financieros.
En Latinoamérica, esto no fue así ya que las autoridades monetarias habían preparado el terreno para este momento. Pero el camino no está del todo recorrido, según alertan los especialistas.
El 2021 fue un buen año para las bolsas, impulsadas por los recursos sin precedentes que Estados Unidos inyectó al sistema financiero para recuperar la actividad económica perdida por la pandemia. Este ciclo alcista llegó a su fin en diciembre, cuando la inflación que originalmente se consideraba “transitoria” demostró ser persistente y los mercados comenzaron a esperar una alza en tasas y un retiro del estímulo. En este tiempo, y de manera gradual, algunas monedas latinoamericanas se depreciaron contra el dólar.
Sin embargo, al aprobar la FED un alza sin precedentes en casi 30 años, el miércoles pasado, las monedas en la región se apreciaron ligeramente antes de estabilizarse. Este comportamiento sorprendió a Axel Christensen, director de estrategia de Inversiones para América Latina en Blackrock, la mayor gestora de fondos de inversión del mundo, quien tiene 25 años analizando los mercados.
“Me ha sorprendido que, a pesar de que ya van algunos meses que la Reserva Federal comenzó en la trayectoria de subida de tipos de interés, incluyendo el ajuste fuerte más reciente, los activos emergentes, en particular de América Latina, han resistido bastante bien”, dice Christensen en videollamada desde Chile.
“Yo tengo suficientes años en esto para recordar que cuando esto ocurría en el pasado, realmente a Latinoamérica le afectaba muy mal”.
Este momento pilló a la región preparada. Los bancos centrales comenzaron a subir sus tasas de interés consistentemente desde marzo del año pasado en un intento por contener el alza de precios ocasionada, primero, por las rupturas de las cadenas de suministro a nivel mundial y, ahora, por la guerra en Ucrania. La tasa de 13,25 % en Brasil es la más alta de la región y se espera que siga subiendo. Si bien el propósito del alza es “enfriar” la economía para contener la inflación, las tasas más altas también ofrecen rendimientos atractivos a los capitales globales, preservado el apetito de los inversionistas y evitando una abrupta salida de capitales.
El otro lado de esta moneda es que las condiciones financieras se han endurecido, explica Luis Gonzali, estratega de deuda y macroeconomía de la firma Franklin Templeton en Ciudad de México. “La mejor manera de ver el deterioro está en los credit default swaps, los cuales han subido, y eso hace que sea mucho más complicado financiarse”, dice el especialista, “si a eso le agregas que muchos países se endeudaron muchísimo en la pandemia, lo que tienes es un servicio de deuda muchísimo más complejo hacia adelante de lo que tenían hace dos o tres años”.
Los credit default swaps, conocidos por su sigla CDS, son instrumentos que sirven para apostar que una compañía o un país incumplirá en su deuda y puede servir, también, como un seguro. Si, por ejemplo, sube el precio de un CDS de la deuda soberana de Colombia (como lo ha estado haciendo este año) esto indica que cada vez más inversionistas creen que es necesario protegerse de un posible impago.
EL DETALLE
Consecuencia. En el corto plazo, la subida de sus tasas de interés tendrá como consecuencia un par de años de muy bajo crecimiento.