UNA CIUDAD MUY SITIADA
■ Las señales de que la plaza de San Cristóbal se estaba calentando han ido amontonándose durante el último año. En enero, la ciudad fue sitiada durante horas por otro grupo relacionado con el negocio de los transportes. En octubre, al periodista Fredy López Arévalo, un veterano que seguía la pista de los últimos sucesos, lo asesinaron en la puerta de su casa. Dos hombres en una motocicleta le descerrajaron cuatro balazos. Dos meses antes, sucedió lo mismo con Gregorio Pérez, fiscal de Justicia Indígena. Seis balazos desde una moto. Pérez también estaba investigando las masacres recientes cometidas en una comunidad cercana. San Cristóbal está a más de tres horas en coche de la frontera con Guatemala.