Cientos de feligreses en un baño de fe junto al Bautista
El acto religioso se cumplió entre la noche del jueves y la madrugada de ayer ❚ La devoción colectiva imploró también por la pacificación política del país
Que se termine la pandemia de la COVID-19, que no haya más asesinatos, que se logre un acuerdo entre el Gobierno y las organizaciones indígenas... fueron tantos los motivos que tenían de por medio los cientos de devotos que acompañaron a San Juan ‘El Bautista’ hasta el filo de la playa, en el balneario de Salinas, en una jornada de fe que se ha vuelto tradicional entre los católicos de la provincia de Santa Elena.
El intenso frío que se vivió entre la noche del jueves y la madrugada de ayer no fue impedimento para que María Bacilio acuda al rito que se cumplió a las 00:00 del 24 de junio. La mujer lleva dos décadas practicando el acto de fe y asegura que le ha ido muy bien.
“Estoy viva gracias a la bondad de Dios. Cuando estuve enferma y le imploré a San Juan para mi sanación, hice una promesa que todos los años vendría al baño y lo estoy cumpliendo”, señala Bacilio, quien en su juventud padeció de leucemia.
Los peninsulares que cada año en la noche del 23 de junio llegan hasta el sector Las Palmeras, en el balneario santaelenense de Salinas, narran infinidad de milagros, todos aseguran que después de sumergirse en el mar se sienten renovados en su espíritu y fe.
El ‘Baño de San Juan’ consiste en lanzarse de espaldas al mar a la medianoche del día en que el calendario católico consagra a San Juan. Para esta cita de demostración religiosa, todas las personas acuden, por tradición, vestidas de blanco y avanzan cogidas de la mano lentamente hasta ingresar al océano.
“Al salir del agua siento una
tranquilidad en mí. Estoy segura de que mis pecados han sido lavados”, manifiesta emocionada Pilar Beltrán, otra de las devotas presentes. Durante la ceremonia ella pidió protección para su familia.
Para que el milagro se concrete, según la tradición, las personas que ingresan al mar no deben enjuagarse por 24 horas. “Esto es para que el agua salada durante ese tiempo nos genere un escudo protector contra el mal, lo cual permanecerá hasta el próximo año”, comenta Sócrates Merejildo, uno de los más antiguos creyentes.
El evento tradicional religioso fue coordinado por el Municipio local y empezó con una romería a las 21:00 del pasado jueves. La procesión recorrió todo el malecón, luego se ofició la misa al pie de la arena.
A continuación se encendieron las fogatas, se repartió comida para todos los presentes y hubo presentaciones artísticas. Previo al acto supremo del baño de San Juan.
Cuando faltaban cinco minutos para las 00:00, en los altoparlantes empezó la cuenta regresiva, los cientos de personas se encolumnaron para ir al océano. Todos ingresaron al mar mientras se encendía la pirotecnia, para aliviar el frío luego de salir del agua, los creyentes caminaron hacia las fogatas encendidas.
“En España, la fiesta de San Juan es el inicio del verano, es una fiesta tradicional en donde se hacen hogueras en la arena. No sabía que acá también lo celebraban”, dijo la española Alba Pérez, quien fue parte del rito en Salinas. Ella, junto a un grupo de amigos ecuatorianos, pernocta en estos días en el balneario, pero al ver a las personas con trajes de color blanco tuvo que ir a su hotel para vestirse igual y compartir con los lugareños la ceremonia religiosa.
Muchos de los creyentes llevaron globos de color blanco que hicieron volar antes del baño en el mar para pedir paz por el país en estos difíciles días que está atravesando, “que se termine el enfrentamiento entre hermanos. El Ecuador quiere paz para poder progresar”, comentó Jacqueline Panchana, otra devota que acudió desde La Libertad para participar en el baño.
EL DETALLE
La organización. Estuvo a cargo del área de turismo del Municipio junto a diferentes familias.
Una romería que termina en baño
1. Procesión. Decenas de personas participaron desde el inicio de este acto religioso, que comenzó con una romería con la imagen de San Juan Bautista.
2. Al agua. Finalmente, el acto del baño era la parte esencial de esta demostración de fe de los católicos santaelenenses, que soportaron el frío que se siente en estos días en la península.