Las limpias andinas, un legado tradicional que busca el equilibrio energético de las personas
En Cuenca, las curas se realizan en determinados centros y parques
Las limpias andinas son la esencia de la medicina ancestral y tradicional, sostiene Roberto Ochoa, conocido como ‘taita Rocky’, presidente de la Asociación Intercultural de Yachak Pumapungo.
Son saberes y conocimientos milenarios que han ido trasmitiéndose de generación en generación en sociedades y culturas con rasgos propios y diferenciados, anota el chamán azuayo. “Estas prácticas utilizadas con éxito por los miembros de esas sociedades data su experticia y su tratamiento para su transmisión oral y práctica hacia sus descendientes”.
La organización de Ochoa es reconocida de manera oficial por los entes de salud del país y por la Academia.
En el 2013, difundió sus conocimientos en un taller que organizó la cátedra sobre Pueblos Indígenas de América Latina de la Universidad Andina Simón Bolívar.
Se trata de la liberación de las energías negativas para conseguir a través de pequeños golpes o azotes con hierbas conocidas como mágicas o sagradas por los antiguos pobladores. Entre esas plantas están: la santamaría, ruda, eucalipto, marco, chilca y otras especies medicinales porque tienen propiedades curativas.
De ello refieren representantes de la antropología médica mundial, como Robert Hahn, Arthur Kleinman, Peter Brown o Byron Good, quienes dan a entender que salud y enfermedad no se pueden separar de sus contextos socioculturales, y que los sistemas terapéuticos, etnomedicina y modos de curar son el resultado de la adecuación de la atención a sus tradiciones y cosmovisión.
Las limpias andinas, en un sentido amplio, significan la condición espiritual de la persona, añade de manera conceptual el tayta Ochoa.
Los investigadores Hahn, Kleinman, Brown, Good, sostienen que es una disposición principalmente moral, psíquica o cultural, que hace sentir o experimentar los estados especiales de bienestar, como la salvación o la liberación.
La limpia andina es volver a conectarse con su espíritu, su corazón, fuego sagrado para fortalecer su magia y poder, su fuerza del espíritu (Sinchi Samay), como su conciencia con el poder y capacidad en su propio cuerpo para reordenar y distribuir de mejor manera su propia energía, en sus sentires, latires, sentipensares y relacionalidades, acciones e interacciones en la cotidianidad.
Es eso entonces lo que se consigue a través de los rituales ancestrales y la utilización de las plantas como instrumentos de limpieza del mal de ojo, el mal de espanto, el mal aire, la enfermedad del shungo (corazón), la enfermedad de los nervios, entre otras seis enfermedades que se presentan de manera reiterativa entre los ecuatorianos.
Jornadas para la sanación
Los taytas, mamas, yachaks, hombres y mujeres de sabiduría, ofician sus artes en las comunidades andinas.