El desconcierto y desorganización fracturó la movilización indígena
Los dirigentes sociales aseguran que el paro no ha finalizado y continúa
Al inicio del día todo fue desconcierto y desorientación. Los indígenas y comuneros que llegaron a Quito para unirse al paro convocado por la Conaie tuvieron ayer un arranque de jornada confuso por la lenta vocería de sus dirigentes.
La salida de muchos de ellos, la noche del viernes, hacia sus comunidades, terminó de evidenciar la desorganización que los marchantes empezaron a denunciar desde mediados de la semana.
“Estimados compañeros y compañeras, en vista de que no hay coordinación, dicen los mashis (compañeros) no hemos visto a los dirigentes de la provincia, los mashis de la comunidad de Juigua (Cotopaxi) se van a retirar de Quito. Están haciendo las maletas, en este instante van a salir a Cotopaxi”, se puede escuchar a uno de los dirigentes de Juigua, en un video difundido en redes.
La situación de los que se quedaron en la capital no cambió hasta el mediodía de ayer. Se concentraron en la Universidad Central y por grupos mantenían reuniones para ratificar que seguirían en la lucha, pero sin una hoja de ruta clara.
Recién a las 11:00 los dirigentes de la Fenocin salieron a decir que el paro nacional no había terminado y que no es que la salida de decenas de camionetas hacia las comunidades significaba que se estaban replegando o abandonando la lucha, sino que habría una suerte de recambio y de recuperar fuerzas.
Pero los manifestantes querían escuchar las directrices de la boca misma del presidente de la Conaie, Leonidas Iza, quien dio la cara pasadas las 13:00. “No está llegando la información que corresponde a nuestras estructuras de bases y eso nos puede provocar de pronto lo que ayer escuchamos, que la gente está más o menos decepcionada. No, aquí por coordinación no vamos a decepcionar. Vamos a sostener una lucha de manera organizada”, sostuvo.
Y cuando muchos esperaban una disposición beligerante de dirigirse al parque de El Arbolito para continuar con las acciones de protesta, Iza les propuso otra cosa: que se tomen el sábado como “un día de descanso” y que en los puntos que se han concentrado durante estos días se haga mingas para “limpiar la casa”.
Y hubo más. Anunció que en las carreteras principales que conectan con Quito se abrirán corredores humanitarios para permitir que los productos del campo puedan ingresar especialmente a los barrios populares con los que espera contar para seguir con la movilización.