GOLF, OTRO MILLONARIO GOLPE ÁRABE
El recién nacido LIV Invitational es un nuevo hito en el apoyo financiero de países de la zona del golfo Pérsico a clubes o torneos en busca de atención y ruido mediático
El deporte trasciende fronteras, puedes hacer una gestión diplomática muy natural a través del deporte, y con el deporte no tienes que explicar nada.
JAVIER SOBRINO experto en diplomacia deportiva
Clubes como el Manchester City, el París Saint-germain o el Tottenham. Grandes citas deportivas como pruebas de Fórmula Uno, Motogp o el próximo Mundial de fútbol. Y ahora, torneos que rompen el ‘statu quo’ de su deporte, como Premier Padel y el recién nacido LIV Invitational de golf. Todos tienen algo en común: el apoyo financiero de los países árabes del golfo Pérsico.
El golf es el último escenario de la imparable ofensiva de estos países en el deporte. Una inversión de más de 2.000 millones de dólares por parte del fondo soberano saudí PIF (Public Investment Fund) ha dado lugar a LIV Golf Invitational, un circuito con ocho citas previstas para este año, diez en 2023 y 14 en 2024 y 2025, que pretende alzarse con la hegemonía mundial.
Con el exgolfista Greg Norman como comisionado y cabeza visible, además de una bolsa de premios de 255 millones de dólares para esta temporada, el nuevo circuito, que disputó su primera parada en Londres, cuenta con los estadounidenses Dustin Johnson y Phil Mickelson, los ingleses Ian Poulter y Lee Westwood o el español Sergio García, entre otros.
El Tiburón Norman llegó a apuntar incluso más alto, al ganador de 15 grandes Tiger Woods, al que habrían ofrecido una cifra “de nueve dígitos”, es decir, cercana a los 1.000 millones de dólares, para que se una al nuevo torneo, según desveló el comisionado del LIV Golf Invitational al Washington Post estadounidense.
En su primera parada en Londres, el LIV repartió 25 millones de dólares, de los cuales 4 millones de dólares fueron para el ganador Charl Schwartzel, superando los 3,6 millones del Players Championship o los 2,7 millones del Másters, o los aproximadamente 2,9 millones en los que se cifró el premio al vencedor del Abierto de Estados Unidos, Matt Fitzpatrick, o los dos millones del Abierto Británico.
La reacción del circuito americano, la PGA, fue suspender a los 17 golfistas que participaron en Londres; pero está por ver si les aceptan los grandes torneos organizados por entidades que no son la PGA, uno de ellos el Abierto Británico.
No hace mucho tiempo que otro deporte se vio sacudido por un terremoto similar: el circuito Premier Padel, organizado por la Federación Internacional de Pádel y financiado por Qatar Sports Investments, dueño del París Saint-germain, hizo su aparición a principios de año prometiendo una bolsa de premios de 550.000 dólares en sus cuatro torneos principales, superior a la que ofrece el World Padel Tour, el circuito mundial predominante durante la última década, organizado por la empresa española Setpoint Events.
El nuevo torneo contó con el apoyo de la asociación de jugadores profesionales que agrupa a casi un centenar de deportistas, y buena parte de las principales figuras del circuito masculino han participado en las dos paradas disputadas hasta el momento de la nueva competición, en Doha (Qatar) y Roma (Italia), con la próxima prevista en las pistas de Roland Garros en París (Francia), entre el 11 y el 17 de julio, al mismo tiempo que han seguido compitiendo en World Padel Tour, pese a las advertencias y reclamaciones de su organizadora respecto a las incompatibilidades que tienen firmadas por contrato.
Estos dos torneos no son una nota excepcional, sino que forman parte de una política deportiva que se remonta a más de una década. El fondo soberano qatarí se hizo con el París Saintgermain de fútbol en 2011 por una cifra que hoy se antoja ridícula: 53 millones de dólares, pero se estima que ha invertido más de 1.469 millones de dólares en fichajes, según el CIES Football Observatory.
Tres años antes, en 2008, Abu Dhabi United Group se hizo con el Manchester City por unos 260 millones de dólares, y desde entonces ha gastado más de 1.783 millones de dólares en fichajes, según el CIES.
El Newcastle es el último gran club adquirido por un fondo soberano del golfo pérsico, en este caso PIF, el mismo que financia el LIV Invitational de golf, que desembolsó en octubre 357 millones de dólares para hacerse con el club de las urracas, a los que añadió otros 100 millones para firmar refuerzos en el mercado de invierno, con los que consiguió mantener la categoría en la Premier League.
¿Qué buscan en el deporte estos países? “Promoción internacional”, explica a EFE Javier Sobrino, profesor de la universidad Pontificia Comillas y experto en diplomacia deportiva. “El deporte trasciende fronteras, puedes hacer una gestión diplomática y de relaciones internacionales muy natural a través del deporte, y con el deporte no tienes que explicar nada (...) Creo que los países del golfo Pérsico son los que mejor lo han entendido, y me da mucha rabia que en España no lo entendamos tan bien”, reflexiona.
A diferencia de Qatar, que lleva “desde 1995 creando una estrategia de posicionamiento internacional con inversión en grandes eventos deportivos”, recuerda Xavier Ginesta, profesor de marketing deportivo de la Universidad de Vic, Arabia Saudí ha puesto en marcha esta política de una forma más reciente, no solo con el LIV Invitational de golf o el Newcastle, sino también con las Supercopas de España e Italia de fútbol.
Ambos expertos consideran que esta tendencia irá a más. “Estos países están viendo que les sale a cuenta, ¿cuántos movimientos contestatarios ha habido contra el Mundial de Qatar o la Supercopa de España en Arabia Saudí?”, remarca Ginesta.