Saquicela parió un ratoncito
■ La Asamblea Nacional organizó el único diálogo de conciliación que, hasta el momento, ha conseguido juntar en torno a una mesa a las partes involucradas en el conflicto del paro. Se encontraron en la Basílica del Voto Nacional, lugar específicamente construido para rezar por el Ecuador cuando no queda más remedio. Asistieron Virgilio Saquicela, engreído padre de la criatura; el presidente de la Conaie, Leonidas Iza, encogido y menesteroso luego de que las tres cuartas partes de sus tropas lo abandonaran a su suerte, probablemente un poco hartas de él; y el ministro de Gobierno, Francisco Jiménez, funcionario famoso por su afición a sentarse con los impresentables. La reunión fue muy fructífera. Horas más tarde, ante el Pleno de la Asamblea, Saquicela anunció los resultados: “Se concluyó -dijo orgullosísimoque el diálogo es el camino”. Clarines. Tambores. Ovación cerrada. Eso sí que es un avance, nadie lo había pensado. “El diálogo es el camino”. Qué haría el país sin el presidente de la Asamblea Nacional. Lo cierto es que Iza, después de trece días de dizque proponer el diálogo, condicionarlo, posponerlo, ilusionar al país entero con su difusa posibilidad, concurre al fin. Y dice que para dialogar tiene que consultar a las bases. Porque claro, esto del diálogo fue tan imprevisto que no tuvo tiempo de hacerlo antes. Relájase el mundo: tomará su tiempo.