Hostigadas en China por defender a sus maridos
La campaña de detenciones de Pekín contra abogados de derechos humanos empuja a sus esposas al activismo ❚ El 99 % de los juicios acaba con culpabilidad
Sophie Luo Shengchun era, según su propia descripción, una mujer tradicional y conservadora, ingeniera de profesión, pero dedicada sobre todo al cuidado de su marido y de sus dos hijas de corta edad. No le interesaba la política y del trabajo de su cónyuge, el abogado Ding Jiaxi, solo tenía una idea muy general: que representaba casos de derechos humanos. Hasta que lo detuvieron por primera vez en 2013.
Nueve años más tarde, Ding -cofundador del movimiento Nuevo Ciudadano, que exige transparencia al Gobierno chino-, volvió a sentarse el pasado viernes en el banquillo en un juicio secreto, en el condado de Linyi, en la provincia costera de Shandong. Está acusado de subversión contra los poderes del Estado, un cargo que puede acarrearle la cadena perpetua. Luo, la antigua esposa apocada, se ha convertido en una formidable activista en el exilio, desde donde lucha por la libertad de su esposo y muchos otros defensores de los derechos humanos en China.
“Mi marido había pedido que su juicio fuese abierto al público para que la gente lo pudiera seguir. Pero rechazan mostrarlo y es a puerta cerrada”, denuncia esta mujer menuda por videoconferencia desde su residencia en Saint Paul (Minnesota, EE.UU.). Los abogados apuntan que no tienen información. Simpatizantes de Ding que han querido acudir fueron obligados a abandonar el hotel en el que se alojaban en plena noche. Ella misma solo supo que iba a comenzar el juicio por un mensaje de texto en el móvil. “Este caso se ha tratado completamente en secreto, no hay ninguna transparencia. Y es que no tienen con qué sustentarlo”.
El caso de Ding se juzga de modo casi simultáneo al del confundador de Nuevo Ciudadano, Xu Zhiyong, uno de los más célebres críticos del Gobierno chino. Xu -que inmediatamente antes de ser detenido en febrero de 2020 fue muy crítico con la gestión de la pandemia en su país- fue procesado, también en secreto, el miércoles en Linyi y su caso está ahora pendiente de que se conozca el veredicto.
Ambos fueron detenidos poco después de participar en un encuentro de fin de semana con otros activistas y abogados de derechos humanos en un chalet en la ciudad costera de Xiamen en diciembre de 2019. Una reunión que costó también la detención a varios otros participantes y en la que quienes asistieron aseguran que se trató de un encuentro informal de amigos en el que se charló de lo humano y lo divino. A ojos de las autoridades chinas fue una confabulación contra el régimen.
Luo denuncia que su marido ha sufrido torturas durante su arresto. Su relato coincide con lo que han revelado otros abogados detenidos. Ding le contó que en sus primeros seis meses de detención -bajo el sistema denominado ‘Vigilancia Residencial en Lugar Designado’, o RSDL por sus siglas en inglés, que permite el aislamiento de un sospechoso durante medio año- sufrió vejaciones diarias. Privación de sueño, alimentación deficiente, falta de acceso al aire libre o a la luz natural. E interrogatorios interminables en la temida silla del tigre, diseñada para inmovilizar al detenido en la misma postura durante horas, con cadenas en manos y pies. “Durante siete días seguidos lo mantuvieron despierto sin poder dormir. Para evitar que cayera rendido le ponían un documental sobre la vida del presidente chino, Xi Jinping, a todo volumen las 24 horas del día”, cuenta. Ding no tuvo acceso a un abogado hasta enero de 2021, un año después de su desaparición.
La activista desconoce cuál será la sentencia contra su esposo. No hay muchas razones para el optimismo. El 99% de los juicios en los tribunales chinos acaba con un veredicto de culpabilidad del acusado. Ella está en contacto con ONG internacionales, con la Comisión de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra, con políticos, diplomáticos y activistas para tratar de presionar a favor de Ding.
LA FRASE
Me pusieron bajo vigilancia, me pidieron que firmara un acuerdo y que no aceptara ninguna entrevista con medios.
MINDY SHI esposa del defensor de derechos humanos Cheng Yuan, detenido