ANÁLISIS ESTRATÉGICO / HORACIO CHAVARRÍA El metaverso va porque va
En este caso no se trata de la expresión altisonante de algún político, hay eventos que ocurren porque la evolución y la disrupción, en las comunicaciones y los negocios, son una fuerza indómita e imparable, así un grupo de legisladores quiera negar o postergar lo inevitable.
En estos días, entre pena y risas, hemos visto cómo una vez más se intenta poner en vigencia una ley de comunicación absurda y desfasada en el tiempo. Mientras la comunicación hoy fluye en bits, algunos políticos quiere aún normar los átomos.
La realidad aumentada, la realidad virtual, la inteligencia artificial y el internet de las cosas están literalmente generando nuevos espacios donde convivimos como avatares y están empujando las fronteras de nuestra manera de entender el mundo, de informarnos, de comerciar, de tratar nuestra salud, de tomar vacaciones, de enamorarnos, inclusive se debate si la responsabilidad civil o penal de un avatar es imputable a su creador de carne y hueso.
Los límites de esta nueva realidad, nadie avanza a avizorarlos, al igual que los primeros navegantes cuando se alejaban de la costa.
Poniendo las cosas en términos simples, el metaverso es la realidad física que conocemos fusionada con el universo digital, el concepto aún está en desarrollo, se trata de un nuevo nivel que va superpuesto a nuestro mundo físico.
Lo innegable es que las grandes corporaciones lo ven como una enorme oportunidad. Las cifras que ya se han invertido en proyectos relacionados con el metaverso, son muy grandes. Meta, la dueña de Facebook, ha invertido más de 10 billones de dólares; el desarrollador de juegos Epic Games ha comprometido 1 billón de dólares; diversos capitales de riesgo han invertido 10,4 billones. Se pronostica que para el 2026 las inversiones bordeen los 800 billones de dólares.
En las plataformas que ya soportan el metaverso, como Roblox, Minecraft, Fornite, Zepeto, etc., ya transitan 500 millones de personas.
Otros hitos importantes son los logrados por las empresas productoras de bienes y servicios que están experimentando beneficios, más de 7 millones de visitantes ya tiene Nikeland; Hyundai Mobility Adventure es usado diariamente por 43,2 millones de personas; Carrefour ya ha comprado “tierra” en the Sandbox; Coca Cola lanzó y vendió una colección de NFT por más de medio millón de dólares; las marcas de lujo como Gucci y Louis Vuitton han desarrollado eventos exclusivos en este nuevo mundo.
Este mundo en creación busca ser realmente inmersivo e inclusivo, las barreras culturales y de lenguaje caerán, ya que promete traducción inmediata de idiomas y dialectos que, potenciados por voces sintetizadas, permitirán la comunicación fluida entre todos, inclusive entre quienes poseen dificultades producto de alguna condición especial. No solo
crearemos nuestro avatar en 3D, sino que, además, lo dotaremos de la voz que más nos agrade. Seremos “personas digitales inteligentes”.
Si alguien cree que esto es solo para entretenimiento, está equivocado, las aplicaciones médicas son una de las prioridades. Utilizando realidad virtual e inteligencia artificial se ha capacitado a cientos de médicos en cirugía laparoscópica y el 87 % de estos médicos ha tenido mayor precisión que los que recibieron capacitación
tradicional. Lo que ocurre en el mundo de las criptos y las inversiones en NFT ya no es novedad. Muchos han ganado fortunas y otros las han perdido. Es la materialización de un mundo no regulado por los Estados y los políticos, guste o no al Gran Hermano.
Cuando este Diario lance su primera edición en el metaverso y no sea del agrado de algún político, ¿a quién enjuiciará, usando leyes aplicables a un mundo que se estancó en el tiempo?