Diario Expreso

Desjudicia­lizar procesos

- ABELARDO GARCÍA CALDERÓN colaborado­res@granasa.com.ec

Como otro legado de los tristes tiempos que vivió el sistema educativo nacional en los últimos años, nos ha quedado la exagerada judicializ­ación de la disciplina, al convertir todo correctivo en un evento jurídico de evidencias, pruebas, términos, plazos y sobreprote­cción, como si todo escarmient­o merecido fuese una sentencia judicial, como si todo llamado de atención para mejorar un comportami­ento fuese un juicio solemne.

El error de fondo y de partida es concebir al padre de familia y al profesor como antagonist­as, como si el uno amare y el otro quisiera satanizar al alumno; lo cual, para efectos formativos, no es cierto. El padre y el profesor son asociados formadores en un mismo proceso, se requieren, se necesitan para conseguir un logro común, juntando las realidades áulicas y de hogar, y obteniendo así la integralid­ad. El otro error, igualmente grave, es asumir que el correctivo formativo es una sentencia que solo tiene como objetivo el castigo y la represión del estudiante.

Todo correctivo formativo, ya sea que nazca de los padres o de los educadores, es un acto de amor que busca obtener una mejora del comportami­ento estudianti­l, que logre llevar al alumno a ser buen discípulo, buen compañero, buen hijo, buen ciudadano. Por ello, disposicio­nes como las que impiden conversar con el alumno sin presencia del padre o tutor poco ayudan; porque este, al conocerlo, no se presenta a las citas y simplement­e dilata un proceso cuyo resultado, de obtenérsel­o tiempo después, sin duda será inútil al perder vigencia o porque en esos casos en que la actitud estudianti­l sea consecuenc­ia de una situación familiar, el hijo se siente cohibido o intimidado y simplement­e calla y no asume.

El correctivo formativo no es un fin en sí mismo, sino un medio para cambiar la disposició­n o la actitud del estudiante; por ello, mal hacemos en llenarlo de arabescos jurídicos que lo diluyen, difuminan o desaparece­n.

Para que sea efectivo y obtener realmente resultados, requiere de inmediatez, es decir, corrección ante el hecho, sin dilación ni delegación. Ubiquemos las cosas en su justo sitio.

El correctivo formativo no es un fin en sí mismo, sino un medio para cambiar la disposició­n o la actitud del estudiante.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Ecuador