Diario Expreso

La obesidad no es un tema solo para los nutricioni­stas

La responsabi­lidad del sobrepeso es un problema multifacto­rial ❚ La prevención debe ser un cometido social que combata un asunto que es de salud pública

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Menos plato y más zapato. Este refrán, tan simplón como manido por muchos expertos, vuelve a hacer recaer la responsabi­lidad del exceso de peso sobre el individuo. “La culpa de tu obesidad la tienes tú. Este es el mantra que ha terminado por aceptarse como sociedad”, asegura Julia Díez, doctora en Epidemiolo­gía y Salud Pública, que investiga sobre desigualda­des, alimentaci­ón y salud en España.

En 2019, más de cinco millones de personas murieron de manera prematura a causa de la obesidad. Es decir, cinco veces más que el número de muertes causadas por el Vih/sida, o cuatro veces más que las causadas por los accidentes de tráfico.

España tampoco es ajena a esta epidemia: la prevalenci­a de obesidad en las mujeres ha pasado de un 7,9% a un 15,5% en los últimos 30 años. En los hombres, de un 6,9% a un 16,5%. Y las previsione­s indican que estas cifras seguirán creciendo en la próxima década. En Ecuador, las cifras determinan que el 63,6% de la población tiene sobrepeso y obesidad.

Pero la culpa no es nuestra. Tampoco de nuestra genética, que no ha cambiado tanto en las últimas décadas como para impulsar esta deriva. Aunque las causas de la obesidad son variadas, complejas e interrelac­ionadas, mucho tiene que ver con la desigualda­d social.

La prevención de la obesidad es un problema social que ha pasado a ser un problema de salud pública. Los especialis­tas asegurar que la mayor prevalenci­a de sobrepeso en los grupos más vulnerable­s no se debe ni a su falta de conocimien­tos ni a una falta de conciencia sobre su salud o la de sus hijos. Y más allá de la alimentaci­ón y la actividad física tiene mucho que ver con el aumento del precio de los alimentos, la pobreza energética, o el acceso a una vivienda y a un empleo dignos. En España, esta relación -injusta- entre desigualda­d y obesidad llega a ser tal que la prevalenci­a casi se triplica en mujeres de menor clase social (21,3%) frente a aquellas de mejor posición socioeconó­mica (7,9%). De hecho, la OMS Europa estima que las desigualda­des por nivel educativo pueden llegar a explicar un 26% de la obe

sidad en los hombres, y hasta un 50% en las mujeres.

Para Vladimir Maffere, quien preside Asociación Nacional de Nutricioni­stas del Ecuador, en el caso del país, el sobrepeso se relaciona más con malos hábitos alimentici­os. No es necesario tener un alto poder adquisitiv­o para lograr tener una alimentaci­ón adecuada. “Es cierto que el poder adquisitiv­o nos va a ofrecer mayores alternativ­as, pero con pocos recursos se puede llevar una alimentaci­ón saludable”.

Algo similar opina Omar Vargas Salas, otro nutricioni­sta ecuatorian­o. El sobrepeso en el país, “no solo es por carencias, sino también por excesos”.

En el caso de Madrid, no es casualidad que los barrios de menor renta sean los que tienen menos instalacio­nes deportivas, al tiempo que una mayor oferta de consumo y ocio no saludable.

“Aunque la solución no es fácil, sí sabemos que podemos hacer -y dejar de hacer- ciertas cosas. Por ejemplo, dejar de plantear las soluciones a la obesidad en el plano de lo personal y/o familiar”, agrega Díez.

En resumen, la obesidad es una cuestión ética y política. Revertir la situación actual de obesidad en la población infantil y adulta pasa por entender que es una problemáti­ca social, no de personas que se hinchan a torreznos.

Y que se necesitan cambiar las políticas sociales para conseguir reducir tanto la prevalenci­a como la brecha de desigualda­d de la obesidad. “No es ideología, es ciencia”, agrega Julia Díez.

PARA SABER

◗ Lo que dicen las cifras Según el Programa Mundial de Alimentos (PMA), 6 de cada 10 adultos ecuatorian­os tienen exceso de peso o son obesos y se prevé que hasta 2030 el número de fallecidos por estas condicione­s ascenderá a 35.671 por año. Esta informació­n fue corroborad­a por el Ministerio de Salud Pública del Ecuador, que dio a conocer que el 63,6% de la población tiene sobrepeso y obesidad. Un 19,8% tiene presión arterial elevada. Un 7,1% tiene diabetes mellitus.

En nuestro país, el sobrepeso radica más en una mala educación alimentici­a. El tema es saber elegir alimentos de calidad y las mejores formas de poder prepararlo­s.

Se deben abrir más espacios a los nutricioni­stas. Que se generen plazas de trabajo para que así la población pueda acceder a una mejor informació­n y guía sobre la alimentaci­ón.

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EL PAÍS Hábitos. Un hombre come una hamburgues­a delante de la televisión. Alimentars­e mal es un problema social.
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VLADIMIR MAFFERE, Asociación Nacional de Nutricioni­stas del Ecuador
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SALAS, nutricioni­sta
OMAR VARGAS SALAS, nutricioni­sta

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