“Cuidado les ponen veneno en el café”
Premonitoria y lapidaria la frase del legislador Fernando Villavicencio, refiriéndose a la peligrosa invitación del presidente de la Asamblea a Lasso, se entiende que para corregir el caos creado por una mayoría mafiosa que se ha pasado dos años y medio negando leyes, serruchando pisos, destituyendo inconstitucionalmente a autoridades como Llori y Guamaní, financiando dos levantamientos indígenas que destruyeron Quito para tumbar a Lasso, ‘hackeando’ computadores para alterar votaciones, movilizando a jueces correístas a que otorguen ‘habeas corpus’ ilegales a sus testaferros y los liberen, aprobando amnistías a delincuentes, librándolos del grillete o facilitando su regreso mediante ‘revisión’ de condenas para que, como Correa, puedan terciar en elecciones, objetivo estrella de los subversivos, con lo cual reinaría la impunidad y los ladrones podrían gozar de 14 años de delitos. Cuando 9 de cada 10 ciudadanos dicen pestes de la Asamblea es imposible hablar de idoneidad, neutralidad y patriotismo. La actuación de Saquicela promoviendo una reunión de paz entre indígenas y Gobierno para finalizar el paro y luego votando vergonzosamente por la destitución del presidente, lo inhabilita para ser creído y respetado. ¿Quién confiaría en Saquicela? Antiguamente se envenenaba a los papas con arsénico impregnado en tapas y fojas de los libros. Muchos reyes solo bebían luego de constatar que quien bebió primero seguía vivo. ¿A quién delegará Lasso a que pruebe el café?
Dr. Carlos Mosquera Benalcázar