Seis récords de calor y arden las playas de Río de Janeiro
La ciudad registró el sábado pasado la mayor temperatura en 10 años
Cuando aprieta el calor, las playas de Río de Janeiro son el refugio al que se abocan decenas de miles de cariocas y turistas. El pasado sábado, la ciudad batió todos los récords históricos y registró 62,3 grados de sensación térmica, según el sistema municipal Alerta Río.
En días festivos, las imágenes de la arena abarrotada de sombrillas son un clásico del verano, pero detrás de esas escenas de alivio hay un ejército de incansables y sufridos trabajadores: los vendedores ambulantes, símbolo de las playas de Río y eslabón más débil cuando golpean las olas de calor.
Son más de 2.200 trabajadores informales, según cálculos del Ayuntamiento, personas que no cotizan en la Seguridad Social, se ganan la vida con lo que venden cada día y , por supuesto, no pueden pedirse una baja si les da una lipotimia.
Y el riesgo es cada vez mayor. Según el sistema de alertas del Ayuntamiento de Río, este verano ha sido el más caluroso de la última década. Se han batido seis récords de temperatura con pocas semanas de diferencia: cada ola de calor era peor que la anterior.
La de la última semana se llevó la palma, algo más de 40 grados en los termómetros, pero hasta 62,3 de sensación térmica. La elevada humedad en el ambiente, que en Río fácilmente llega al 80%, hace que el calor que siente el cuerpo se multiplique.
Aun así, hay que puntualizar: el calor no se siente por igual en toda la ciudad. La cifra récord se registró en Barra de Guaratiba, un barrio de las afueras donde a primera hora de la mañana suelen soplar unos vientos del cuadrante norte que calientan aún más el ambiente. La geografía de Río tiene mucho que ver con los registros récord, como explicaba el meteorólogo de Climatempo Guilherme Borges al diario O Globo.