Los taxis autónomos llegan a Los Ángeles
La ciudad de Los Ángeles nunca ha sido un lugar para los automovilistas temerosos. Se trata de un sitio donde la mayoría ni siquiera concibe la vida sin ruedas y que ofrece un desfile diario de frustración: congestionamientos, accidentes, sitios de construcción, episodios de furia al volante y hastío. Cada persona que se ha mudado a esta urbe tiene una historia sobre aprender a adaptarse. “Entras en el ritmo de igualar la energía de los demás”, dijo Tamara Siemering, de 30 años, una actriz proveniente de Sacramento que hace un año llegó a la ciudad. Siemering dijo que la diferencia en la cultura de los conductores es abismal. “Se siente muy egocéntrico”, dijo. “Todos piensan: ‘Tengo que llegar, quítense’. No hay mucha cooperación al manejar, se toca mucho la bocina a los otros, se maneja a exceso de velocidad y se va rápido a todos lados”.
Ahora, se une a la refriega un tipo de automovilista completamente nuevo: uno que se autoproclama como mesurado e impávido, respetuoso y obediente. Lo que quiere decir que, en efecto, no se trata de un conductor.
Waymo, una flotilla de taxis autónomos que ya opera en San Francisco y Phoenix, ha comenzado a transportar pasajeros a lo largo de una zona pequeña del condado de Los Ángeles. Los vehículos utilitarios deportivos blancos de la marca Jaguar —reconocidos con facilidad por su domo negro giratorio que cubre un conjunto de cámaras y sensores— han sido autorizados para traslados comerciales, con viajes gratuitos disponibles para algunas personas. Pronto, ofrecerá un servicio de pago con precios similares a los que cobran Uber y Lyft.
Waymo, propiedad de Alphabet, la compañía matriz de Google, promueve sus vehículos autónomos como “los conductores más experimentados del mundo”. Ya hay una lista de 50.000 personas en espera de una oportunidad de viajar en uno en Los Ángeles. Para algunas, lo más intrigante es la tecnología. A otras les atrae la idea de evitar las conversaciones triviales y la presión de dar propina. No obstante, los dirigentes de la ciudad han protestado la llegada de Waymo, advirtiendo sobre riesgos de seguridad, mientras que los sindicatos están preocupados sobre cómo podría afectar a los empleos en un mercado de por sí ya saturado. Además, muchos residentes no están seguros de que confiarían en un vehículo sin conductor. Siemering está entre ellos. Quiere saber más sobre cómo los autos robóticos transitan la intensa cultura automovilística de la ciudad antes de subirse a uno.
50.000
PERSONAS
espera una oportunidad de viajar en un Waymo, en cietas zonas de Los Ángeles.