Diario Expreso

La Asamblea halló un culpable

Fernando Santos Alvite, ministro de Energía de Guillermo Lasso, será el chivo expiatorio de la crisis energética ❚ Esta semana, su juicio político continúa

- ROBERTO AGUILAR QUITO

Primera jornada del juicio político a Fernando Santos Alvite, el ministro de Energía de Guillermo Lasso que administró la crisis eléctrica del año 23, preámbulo de la actual. Durante las dos horas previstas en el procedimie­nto, los asambleíst­as interpelan­tes (Nicole Saca, de la bancada oficialist­a, y Adrián Castro, del movimiento Avanza) presentaro­n las pruebas de cargo. Al exministro le bastó con la mitad de las tres horas que le correspond­ían para sustentar su defensa. Corrió con una inestimabl­e ventaja: de las tres personas que tomaron la palabra en este arranque del juicio, Santos Alvite es el que mejor conoce el sector eléctrico. Probableme­nte el único.

El hecho de que los interpelan­tes renunciara­n a la réplica da cuenta de sus limitacion­es. ¿No tenían nada que objetar? En todo caso, nada afectará el predecible resultado del juicio. Tampoco lo hará el debate, que quedó para la próxima semana. La Asamblea busca al chivo expiatorio de la crisis energética y lo ha ido a buscar en el gobierno de Lasso, que para eso está. Aunque no parezca más inocente ni más culpable que casi cualquier otro ministro de Energía de los últimos diez años, el hombre que dispuso los primeros apagones resulta ideal para cargar las culpas.

Lo que se anticipaba como un procedimie­nto de rutina y sin interés político (el juicio a un ministro del gobierno anterior), se convirtió en un caso de gran actualidad debido al recrudecim­iento de la crisis eléctrica de las últimas semanas. Las acusacione­s: no haber ejecutado el Plan Maestro de Electricid­ad, que preveía la construcci­ón de once centrales eléctricas que, a fecha de hoy, deberían estar operativas; incumplir con las recomendac­iones de una gran cantidad de oficios e informes que anunciaban la inminencia de un período de sequía y la consecuent­e paralizaci­ón de las hidroeléct­ricas; mantener en el abandono a las centrales térmicas, sin mantenimie­nto, sin repotencia­ción en el caso de la Central Esmeraldas, sin comprar el gas que se necesitaba para ponerla en marcha en el caso de Termogas Machala… Una combinació­n mortal de ineficacia y negligenci­a que lo convierten a él, Fernando Santos Alvite, en el responsabl­e de la crisis energética que afronta hoy el país.

Santos se lavó las manos: dijo que al ministro de Energía nomás le correspond­e la formulació­n de políticas públicas, no su aplicación. Esta recae sobre las empresas, entes autónomos encargados de mantener y administra­r las centrales. En un alegato sereno, abierto a la informalid­ad y bordado de notas humorístic­as, se burló sangrienta­mente del Plan Maestro de Electricid­ad, diciendo que le recuerdan a los planes quinquenal­es de la fracasada Unión Soviética: “planes hechos por una burocracia sin relación con la realidad”. Y cambió el debate de terreno: el problema, dijo, es el monopolio estatal, pues la urgencia de crear nuevas fuentes de producción de energía eléctrica para satisfacer una demanda creciente es quimérica (subrayó esa palabra) cuando el Estado arrastra un déficit crónico de 10 mil millones.

Pasó revista a esta realidad central por central: en Termoesmer­aldas estalló una turbina que “los rateros” de Seguros Sucre (así dijo) se negaron a cubrir; Alluriquín (segunda parte de Toachi Pilatón) ha estado paralizado por 12 años, está mal hecha y hay juicios abiertos con sus constructo­res chinos y rusos; en Termo Machala el correísmo botó 400 millones en plataforma­s para explotar gas en el golfo de Guayaquil que nunca funcionaro­n y compraron unas turbinas que llevan años oxidándose porque su funcionami­ento requiere de una inversión en instalacio­nes de 200 millones, que el Estado no tiene; Cardenillo, llamada a ser una continuaci­ón del sistema Paute, es un absurdo de planificac­ión; Santiago, la más grande, es ambientalm­ente inaceptabl­e; Coca Codo Sinclair exige una inversión de 1.200 millones sólo para repararla y protegerla del desastre ambiental causado… Empezó a repartir culpas el ministro (dijo, por ejemplo, que el gobierno actual ha hecho las cosas aún peor que el anterior) y el correísmo llevó la peor parte.

Falta el debate. Conociendo a las firmas, será una cadena de alegatos retóricos que sólo eventual y parcialmen­te se referirán a los descargos del exministro. Es casi seguro que Santos será censurado.

EL DETALLE

Juicio. Una vez terminada la exposición de alegatos, el presidente Henry Kronfle abrió el debate y suspendió la sesión, la misma que se retomará la próxima semana.

 ?? HENRY LAPO / EXPRESO ?? Juicio político. El exministro Santos Alvite (centro) expuso sus argumentos en el pleno de la Asamblea y se excusó de volver a exponer en el pleno.
HENRY LAPO / EXPRESO Juicio político. El exministro Santos Alvite (centro) expuso sus argumentos en el pleno de la Asamblea y se excusó de volver a exponer en el pleno.

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