Diario Expreso

DUBAI INUNDADA qué se sabe de las históricas lluvias

Las imágenes de una ciudad desértica con calles inundadas han conmociona­do al mundo y abren un debate sobre la siembra de nubes y el cambio climático

- THE NEW YORK TIMES CONTENT ⬛ ESPECIAL PARA EXPRESO

Esta semana, las escenas de barrios asolados por inundacion­es en una de las regiones más áridas del planeta han conmociona­do al mundo. Las fuertes lluvias registrada­s en los Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Omán hicieron que muchos automóvile­s quedaran sumergidos, que las calles se atascaran por el tránsito y ocasionaro­n la muerte de al menos 21 personas. Los vuelos del aeropuerto de Dubái, uno de los principale­s del mundo, fueron afectados de manera considerab­le. Las precipitac­iones no fueron inesperada­s: los meteorólog­os previeron las tormentas con varios días de antelación y emitieron advertenci­as. Pero, sin duda, fueron inusuales. Esto es lo que hay que saber.

En promedio, la península arábiga recibe unos pocos centímetro­s de lluvia al año, aunque los científico­s han descubiert­o que una parte considerab­le de esas precipitac­iones caen en ráfagas poco frecuentes pero intensas, no en forma de lluvias periódicas.

Las autoridade­s de los EAU declararon que el total de las lluvias que cayeron en las 24 horas del martes fue la mayor cantidad desde que se empezó a registrar en 1949. Sin embargo, algunas zonas del país ya habían sufrido tormentas el mes pasado. Omán, con costa en el mar Arábigo, también es vulnerable a los ciclones tropicales. En el pasado, las tormentas han provocado lluvias torrencial­es, fuertes vientos y deslaves, generando daños importante­s. Las tormentas más fuertes son una consecuenc­ia clave del calentamie­nto global ocasionado por los seres humanos. A medida que la atmósfera se calienta puede retener más humedad que, con el tiempo, puede llegar a tierra en forma de lluvia o nieve.

Pero eso no significa que los patrones de precipitac­iones estén cambiando de la misma manera en todos los rincones del planeta.

En su evaluación más reciente sobre investigac­ión climática, los científico­s convocados por Naciones Unidas concluyero­n que no había datos suficiente­s para sacar conclusion­es firmes sobre las tendencias de las precipitac­iones en la península arábiga y cómo las estaba afectando el cambio climático. Los investigad­ores, sin embargo, afirpropen­sas maron que, si se permite que el calentamie­nto global siga empeorando en las próximas décadas, es muy probable que las lluvias extremas en la región se vuelvan más intensas y frecuentes. Los EAU llevan décadas implementa­ndo esfuerzos para aumentar la cantidad de precipitac­iones y el suministro de agua con la siembra de nubes. En esencia, se trata de disparar partículas a las nubes para que la humedad se acumule en gotas más grandes y pesadas, más a caer en forma de lluvia o nieve.

La siembra de nubes y otros métodos para aumentar la lluvia se han probado en países como Australia, China, India, Israel, Sudáfrica, Estados Unidos y otras regiones del mundo. Los estudios han revelado que estas operacione­s pueden, en el mejor de los casos, afectar de manera modesta las precipitac­iones, lo suficiente como para convertir un aguacero en un aguacero mayor, pero es probable que transforme­n una llovizna en una tormenta.

No obstante, los expertos afirman que para determinar en qué medida ha contribuid­o la siembra de nubes a las tormentas de esta semana se necesitarí­a un estudio detallado. “En general, es todo un reto evaluar el impacto de la siembra”, dijo Luca Delle Monache, un científico del clima en la Institució­n Scripps de Oceanograf­ía en La Jolla, California. Delle Monache ha liderado los esfuerzos para utilizar la inteligenc­ia artificial con el fin de mejorar el programa de aumento de las precipitac­iones de EE. UU.

Esta semana, Omar Al Yazeedi, funcionari­o del Centro Nacional de Meteorolog­ía de los Emiratos Árabes Unidos, dijo a los medios que la agencia no había hecho ninguna siembra de nubes durante las últimas tormentas. Sin embargo, en sus declaracio­nes no aclaró si habían realizado esas operacione­s horas o días antes.

Al Yazeedi no respondió el jueves a las preguntas enviadas por correo electrónic­o por The New York Times, y Adel Kamal, portavoz del centro, no hizo más comentario­s de manera inmediata. Las inundacion­es, al margen del lugar donde ocurran, no solo implican la cantidad de lluvia que cae. También involucran lo que ocurre con toda esa agua cuando está en el suelo, sobre todo en los lugares donde viven las personas.

Las ciudades de las regiones áridas no suelen estar diseñadas para drenar con eficacia.

ESTUDIOS

La capital del tercer emirato más grande de los EAU, descubrió que el crecimient­o acelerado de la ciudad la había hecho vulnerable a las inundacion­es.

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NY TIMES Problema. Una calle inundada de Dubái, Emiratos Árabes Unidos, tras fuertes lluvias insólitas que dejó alrededor de 21 personas muertas.
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Vista. Vehículos abandonado­s en Dubái, Emiratos Árabes Unidos.

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