Nuevos migrantes obtienen permisos de trabajo, antiguos también quieren
Indocumentados que llevan años en EE. UU. se sienten excluidos
Sam Sanchez, restaurantero de Chicago, se indignó cuando el presidente Joe Biden anunció en septiembre que su gobierno ampliaría la posibilidad de trabajar a casi medio millón de venezolanos, muchos de ellos migrantes que acababan de cruzar de manera ilegal la frontera.
Qué pasa con sus empleados indocumentados como Ruben, un mexicano que es padre de dos hijos nacidos en Estados Unidos y que lleva en el país desde 1987, y Juan, otro trabajador mexicano, que ha formado a decenas de nuevos empleados en Moe’s Cantina?
“Es ofensivo que mis empleados y otros migrantes se vean desplazados por los recién llegados”, dijo Sanchez, quien forma parte de la junta directiva de la
Asociación Nacional de Restaurantes. Después de haber construido vidas y familias desde que entraron de manera ilegal en Estados Unidos hace muchos años, han estado esperando a que el Congreso les diera una vía para trabajar legalmente. “Para los que llevamos aquí mucho tiempo intentando hacerlo todo bien, no es justo que se olviden de nosotros”, dijo Juan, de 53 años, cuyo apellido no se dio a conocer por temor a su situación migratoria. Ante la afluencia de migrantes a Chicago, Nueva York y otras grandes ciudades, Biden ha hecho uso de su poder ejecutivo para permitir que varios cientos de miles de ellos vivan y trabajen temporalmente en Estados Unidos, en un esfuerzo por hacerlos menos dependientes de los albergues y otras ayudas.
Ahora, los grupos que representan a las personas que han migrado de manera indocumentada y a sus hijos con ciudadanía estadounidense —así como a sus empleadores— instan al presidente a desplegar el mismo tipo de poder para abrir vías a los más de ocho millones de personas que viven en Estados Unidos y tienen vetado el empleo legal.
“Si el presidente Biden puede conceder permisos de trabajo a los recién llegados, también puede hacerlo a quienes llevan más de 10 años recogiendo nuestras cosechas, vaciando orinales y limpiando habitaciones de hotel”, declaró Rebecca Shi, directora ejecutiva de la American Business Immigration Coalition, entre cuyos 1400 miembros figuran asociaciones empresariales y ejecutivos de compañías. En una manifestación en Chicago del mes pasado, los manifestantes pidieron al gobierno de Biden que permitiera a los migrantes indocumentados trabajar de forma legal. Y en Las Vegas, el gobernador de Nevada, quien es republicano, y los senadores del estado, ambos demócratas, se unieron a empresarios, sindicatos y defensores de los migrantes para enviar el mismo mensaje. La coalición empresarial, en una carta dirigida al presidente y firmada por más de 300 empresarios y asociaciones comerciales, instó a una “acción inmediata” para ampliar la autorización de trabajo a personas que llevan muchos años indocumentadas. En particular, Shi dijo que el presidente debe dar prioridad a los permisos de trabajo para quienes no tienen estatus legal: más de un millón de cónyuges indocumentados de ciudadanos estadounidenses, 800.000 padres de niños ciudadanos de EE. UU. y 300.000 trabajadores agrícolas. Alrededor de tres cuartas partes de los 10,5 millones de personas indocumentadas que había en Estados Unidos en 2021 formaban parte de la población económicamente activa, según el Pew Research Center, un centro de estudio independiente.
EL DETALLE
Idea. Hay una medida radical del presidente para permitir que millones de personas más trabajen legalmente podría dar lugar a impugnaciones judiciales.