Diario Expreso

AUSCHWITZ: la comunidad judía al borde del Holocausto

Museo judío adquiere negativos que revelan el día a día de los residentes en el inicio de la ocupación alemana

- CAIO RUVENAL El País ESPECIAL

EXPOSICIÓN El Museo Judío en O wi cim, ubicado en el centro del casco antiguo, aún no tiene preparada una exposición para mostrar las instantáne­as, a pesar de que ya publicó algunas de ellas en su cuenta de Facebook.

Cuando una trabajador­a del hogar polaca descubrió en 2020 un sobre polvorient­o con la inscripció­n ‘Polonia II’, entre documentos personales antiguos en una casa de Brunswick (Alemania) cuyo dueño había muerto, aún no era consciente del alcance de su hallazgo.

Sabía que los 140 negativos de fotografía­s que había dentro del sobre tenían un valor histórico, pero no que se convertirí­an en el primer registro visual del comienzo de la ocupación nazi de la ciudad polaca de Oświęcim, llamada Auschwitz por los alemanes. Las instantáne­as muestran el día a día de la comunidad judía bajo el control del Tercer Reich, antes de la construcci­ón del mayor campo de concentrac­ión y exterminio del Holocausto, que empezó a funcionar en junio de 1940 y donde perecieron más de un millón de personas.

“Son un documento único. No solo de la ocupación alemana de Oświęcim y los crímenes cometidos, sino, sobre todo, de un rastro histórico que muestra a la comunidad judía al borde del Holocausto”, dice Artur Szyndler, historiado­r y comisario jefe del Museo Judío en Oświęcim, institució­n que adquirió las fotografía­s a finales del año pasado.

Las instantáne­as eran propiedad del doctor nazi Hermann Barmeyer, quien vivió con su familia en Oświęcim entre 1939 y 1940. En una de ellas se le puede ver a él, uniformado, comiendo junto a su familia y con un retrato de Adolf Hitler al fondo. “Probableme­nte, fueron tomadas por alguien de los Barmeyer o por algún soldado alemán a petición de la familia. La calidad de las fotografía­s demuestra que no se trataba de fotógrafos profesiona­les”, explica Szyndler.

Algunas de las imágenes están movidas o desenfocad­as, pero su verdadero valor no es el artístico, sino ser documento de un momento de inflexión en la historia de la II Guerra Mundial. En varias de ellas aparecen niños y hombres judíos que observan fijamente a la cámara con los brazos cruzados o las manos en los bolsillos. Llevan un brazalete en el brazo izquierdo con la estrella de David sobre un fondo blanco, el distintivo que fueron obligados a portar. Más adelante tuvieron que portar tarjetas de identifica­ción especiales, sellos en documentos o marcas en la ropa.

“En el distrito de Katowice, del que Oświęcim formaba parte, se introdujo desde noviembre de 1939 la obligación de llevar bandas blancas en el hombro izquierdo con la palabra jude. En el verano esto fue sustituido por una estrella de David con un fondo blanco en el pecho izquierdo. A su vez, desde el 21 de diciembre de 1939, y en toda la provincia de Silesia (a la que también se adscribe Auschwitz), los judíos mayores de 10 años debían llevar una banda blanca con la estrella de David”, resume Szyndler.

¿Eso significa que las fotografía­s se correspond­en a ese último periodo? “No sabemos la fecha exacta, pero en mi opinión son de los primeros meses de 1940″, responde el historiado­r.

Las fotos muestran también a la comunidad judía haciendo largas filas, principalm­ente mujeres y niños, en la histórica Plaza del Mercado Principal o en otras calles de la urbe y bajo la vigilancia de agentes de las SS. Pueden estar haciendo cola para entrar al centro de la ciudad -para llegar a ella había que tener pases especiales­o esperando para recoger racionamie­ntos de comida o podría tratarse de algún tipo de registro por parte de las autoridade­s de ocupación, hipotetiza Szyndler. “Es necesario seguir investigan­do para tener informació­n más precisa”.

Además de retratar a la población judía sometida a las fuerzas alemanas, los negativos muestran calles y monumentos importante­s de la ciudad. Una de las imágenes es la primera a color de Oświęcim de la que se tiene registro. En ella se puede ver el puente sobre el río Soła y el castillo de la ciudad, construido a principios del siglo XVI, que durante la guerra fue la sede de las fuerzas de ocupación.

En otras aparece la calle Jagiełły (nombrada por los alemanes como Hermann Göring), una de las más importante­s de la localidad y por la que se llegaba a lo que después sería el campo de Auschwitz-bikernau.

En la misma calle Jagiełły aparecen el complejo salesiano, conformado por la escuela, la iglesia y el monasterio, destruidos en la guerra entre Polonia y Suecia (1600-1623) y reconstrui­dos a principios del siglo XX, y el Ayuntamien­to de la ciudad. Los negativos incluyen tomas de las ciudades de Będzin, Bielsko, Cracovia, Rajsko, y Sosnowiec, pero la mayoría están sin identifica­r.

Los primeros judíos se asentaron en Oświęcim en el siglo XVI. Los que sobrevivie­ron hasta 1943 fueron deportados al Auschwitzb­irkenau, donde la mayoría fue asesinada en las cámaras de gas. “Solo un puñado sobrevivió al Holocausto”, cuenta Szyndler.

12.000 HABITANTES

tenía la ciudad de Oswiecim a principios del siglo XX. La comunidad desapareci­ó con las deportacio­nes de 1941 a los guetos de Bdzin, Chrzanów y Sosnowiec.

LOS NAZIS CERRARON LOS NEGOCIOS DE LOS JUDÍOS

Una de las primeras medidas de los nazis al invadir la ciudad en septiembre de 1939 fue cerrar los negocios y comercios de los judíos o ponerlos bajo administra­ción de una persona designada por los alemanes. La comunidad judía empezó a depender totalmente de las autoridade­s de ocupación. En la noche del 29 al 30 de noviembre de 1939, las fuerzas armadas de Hitler quemaron la Gran Sinagoga, construida en 1879 y cuyos restos forman desde 2022 el parque conmemorat­ivo de O wi cim. Los trabajos forzados eran una práctica habitual a la que eran sometidos diariament­e entre 120 y 200 judíos. Desde principios de mayo y hasta junio de 1940, a petición del comandante del futuro campo de Auschwitz, Rudolf Höss, el alcalde de la ciudad obligó adicionalm­ente al consejo de ancianos de la comunidad judía a destinar a unos 250300 hombres a trabajar cada día. Se les ordenó que trabajaran limpiando la zona de los antiguos barracones donde se iba a ubicar el campo, a las afueras de la ciudad.

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EL PAÍS Ciudadanos. Judíos en la Plaza del Mercado Principal de O wi cim. Algunos con el brazalete blanco con la estrella de David, para ser identifica­dos.
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Recuerdo. Un ciudadano judío con el brazalete de la estrella de David.

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