Plomo carcelario
Un privado de la libertad recibió ocho tiros en el patio de mediana seguridad. Regresaba del centro médico cuando fue atacado.
Aún no saben cómo llegó una nueve milímetros al pabellón de mediana seguridad del Centro de Rehabilitación Social de Latacunga, en Cotopaxi.
Este martes, ocho tiros salieron del arma y acabaron con la vida de Francisco Coello, un expolicía sentenciado por asesinato. El crimen por el que cumplía condena ocurrió en 2012, en una lavadora de carros en Guayaquil.
En ese centro penitenciario el procesado, de 36 años, acudió al dispensario médico y, de regreso a su pabellón, fue ata- cado por Wilmer Obando, oriundo de San Miguel de Putumayo, Colombia.
Los balazos causaron alarma entre los demás privados de libertad, entre los que está el exvicepresidente Jorge Glas. La situación se volvió caótica con la quema de colchones y la Policía debió intervenir.
Cuando los agentes llegaron, encontraron al fallecido bocarriba, sobre la cancha de césped. Medicina Legal trasladó su cuerpo a la morgue del cementerio de Latacunga.
Mientras tanto, Obando, quien sostenía el arma entre las manos y “amenazaba a las personas que se querían acer- car”, fue neutralizado por los uniformados y trasladado a la Unidad de Flagrancias de la localidad, para que se le realice una audiencia.
El tipo, de 28 años, paga una pena por los delitos de robo y asesinato. Sobre el arma se continúa investigando su procedencia, aunque las autoridades descartan que pudiera haber sido ingresada por las visitas, ya que los filtros son extremos.
Actualmente, en Latacunga permanecen unas 5.900 personas, que tienen acceso a comida, actividades recreativas y proyectos laborales, señalan las autoridades del centro.