¡Amar lo llevó a la tumba!
Dos personas fueron detenidas por apuñalar a un hombre. Según la Policía, el hecho se suscitó durante una riña. Se indaga si la pelea se originó debido a un problema pasional.
Gualberto Haro recibió una llamada que acabó con su tranquilidad. La mañana de ayer le informaron que su hermano Alfonso Lucumí falleció y debía ir hasta la morgue de la Policía, en el occidente de Quito, a realizar los trámites de retiro del cuerpo.
“Solo sé que lo asesinaron brutalmente. Tal vez fue una venganza o de pronto lo asaltaron”, detalló el pariente afuera del anfiteatro. Haro no tenía claro lo que realmente sucedió, pero lo único que pedía es que se aplique todo el peso de la ley para los implicados en la muerte de su ñaño.
La tragedia sucedió la noche del jueves, en el sector de Pisulí, en el noroccidente de la capital. Los datos que recabaron los investigadores muestran que el deceso fue producto de una pelea.
Iván Naranjo, jefe de la Unidad de Delitos contra la Vida de la Dinased, indicó que recibieron una alerta del ECU-911 para que fueran hasta el hospital Pablo Arturo Suárez, en el norte de Quito. Allí les detallaron que había un hombre fallecido por un acto violento.
“Se constató que la víctima tenía dos heridas por arma blanca en la región cervical”, contó el oficial. Minutos antes, el herido había llegado en un taxi hasta la casa de salud.
Luego del levantamiento del cuerpo, los uniformados se dirigieron hasta el sector donde ocurrió el ataque. “Esto se habría dado por un motivo pasional”, agregó Naranjo.
Hace 15 días, según las pericias, se dio una pelea entre Lucumí y un sujeto, identifica- do como Julio Perlaza, ambos ecuatorianos. Esto por disputarse, supuestamente, el amor de Andrea Martínez (de nacionalidad colombiana).
Aparentemente, Perlaza y la chica fueron hasta el domicilio de la víctima. Se originó otra pelea y el afectado fue apuñalado por dos ocasiones.
Andrés Medina, capitán de la Dinased, precisó que durante las entrevistas hechas a los testigos, se localizó una vivienda donde vivían ambos implicados. Al interior se hallaron prendas de vestir con manchas de sangre y se fijó, como evidencia, un cuchillo para determinar si fue usado en el crimen.
Perlaza y Martínez fueron llevados a la Unidad de Flagrancia, en el norte, para la audiencia.
Entre tanto, el hermano de la víctima narró que Lucumí tenía 54 años, era padre de familia y estaba separado. “Parece que la chica (Martínez) no ha sido una buena persona y ha tenido amigos malos”, comentó, sin conocer el tiempo de separación o relación que la implicada tuvo con su ñaño.