¡Una cuadra de miedo!
Los moradores se quejan del aumento de la inseguridad. La Policía investiga de quiénes se trata.
En la cuadra entre las calles Puruhuá y Arenillas, en La Magdalena, sur de la capital, los transeúntes ya saben que deben cuidar sus pertenencias.
Allí funcionan varios locales comerciales. Sus dependientes están atentos, sobre todo Rolando Sánchez.
“Recién me enteré que los supuestos delincuentes han estado descansando en mi portal”, manifestó.
Enseguida mandó a retirar los elementos que pueden servir a los malhechores como espacio de descanso.
Los asaltos y robos han aumentado, según el vecino, en las últimas cuatro semanas sobre todo al mediodía y en la tarde pasadas las 18:00. “Son las horas en las que la gente retira a los niños de los colegios”, comentó.
Galo Gallardo, por su parte, dijo que aparentemente los delincuentes se refugian en la parte alta del barrio, pues luego de quitarles sus pertenencias corren hacia allá.
“Hasta que la persona reaccione ellos ya se van corriendo y no hay quien los agarre”, sostuvo.
Aunque para él, la inseguridad en esa cuadra se ha mantenido por varios años, que hasta se han acostumbrado. “Es mejor no andar con el celular en la mano”, expresó.
Según el subteniente Luis Vargas, oficial del circuito Chilibulo, a la que pertenece esta zona, sería la presencia de ventas informales el caldo de cultivo para los actos delictivos.
“En efecto, esa cuadra ya ha sido identificada como un punto crítico de La Magdalena”, aseguró.
Dentro del contingente de seguridad se despliegan varios motorizados para patrullar en las horas en las que los vecinos han reportado que se cometen los robos.
Enfatizó en que se ha implementado el chat comunitario para que los moradores reporten directamente los incidentes.
“Estamos socializando el uso de esta herramienta que nos permite estar más cerca de la comunidad”, expresó el gendarme.
Galo Gallardo reconoce los patrullajes, sin embargo, los delincuentes estarían siempre pendientes al momento en que los gendarmes se retiran del lugar para volver.
Vargas informó, además, que no se tiene conocimiento aún si los malhechores conforman alguna banda organizada, pero que se coordina con las unidades especializadas para comprobarlo. “Sabemos que siempre están entre dos o tres personas”, argumentó. El oficial de policía Luis Vargas dijo que el Subcircuito Chilibulo prepara un documento hacia la Agencia Metropolitana de Control para solicitar operativos de uso del espacio público.
Según el gendarme, los delincuentes se camuflan en medio de las ventas y a veces no se puede ni caminar por la acera.
“Queremos ver la posibilidad de que los reubiquen en un espacio más adecuado para el comercio”, sostuvo.
Según la AMC, durante el 2018 se realizaron cinco operativos de control de espacio público. Este año todavía no han recibido denuncias.
La Agencia Metropolitana de Control es la que debe realizar este tipo de controles.
Ellos se aplican con base a la normativa contemplada en las ordenanzas metropolitanas 280, 332, 260 y 125 que controlan el uso indebido del espacio público, por ejemplo, cuando se utilizan rótulos no permitidos en los locales o sacan sus puestos a las aceras; para realizar actividades sin permiso o cambiar el giro de la actividad económica sin autorización.