Diario Extra

LEYENDAS URBANAS El fantasma del río Machángara

- Redacción Quito

Cerca de la calle Ambato, como quien va del centro al sur de Quito, existía otro molino, propiedad de un señor muy avaro. Ganó mucho dinero y cuando murió nadie supo dónde estaba su dinero.

En el libro Tradicione­s Quiteñas, Guillermo Noboa narra que después del entierro de la mujer se oían unos ruidos terribles en el molino y a las doce de la noche salía de la tolva un bulto negro que se alargaba hasta llegar al tumbado. Luego se dirigía a donde había una piedra de moler abandonada, se sentaba allí y se ponía a llorar triste como hace el chushig.

Y cuando alguien la velaba o le oía, el fantasma de la mujer le llamaba y como no iban, se secaban hasta morir.

La gente que pasaba por el puente a la medianoche no regresaba a ver el molino, y antes se encomendab­a a todos los santos, pero hubo un muchacho que no tuvo miedo, era el hijo del molinero. El chico, de 13 años, de tanto oír el ruido de las piedras que giraban moliendo, se quedó dormido cerca de la tolva, y en sueños se le apareció el alma de la seño- ra y le dijo: “Ve guambrito, a vos que sois bien buenito con tus taitas, te quiero hacer rico, con bastante plata para que les ayudes y les des todo lo que necesitan; pero primero tienes que sacarme de este purgatorio”.

En el mismo sueño el muchacho le preguntó qué quería. “Quiero que a medianoche, cuando me veas en forma de alma en pena, no te asustes y te fijes en una piedra”, le dijo el fantasma.

El adolescent­e debía cavar un hueco donde encontrarí­a un gran cajón de la plata. La mitad es para él y la otra para construir una capilla en el nombre de la mujer, y lo que sobre se repartiría entre los más necesitado­s, esto para salvar el alma en pena.

El chico contó a su padre la petición del alma y fueron juntos a cavar hasta casi el amanecer. Encontraro­n, en efecto, un baúl lleno de plata y oro y cumplieron su cometido.

Hasta ahora no se sabe cuál de las capillas del centro fue erigida en nombre de la mujer. Ellos vivieron holgados luego de comprar una casa y una hacienda y el alma de la dueña del molino no volvió a asomar.

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Karina Defas / EXTRA ?? En los años 90 el sitio funcionaba y era el lugar de producción principal de harina de trigo en Quito.
Fotos: Karina Defas / EXTRA En los años 90 el sitio funcionaba y era el lugar de producción principal de harina de trigo en Quito.

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