¡Carolina aún tenía pulso!
Autoridades informaron que un extranjero es investigado como presunto cabecilla de una red de trata sexual de menores. Fue recluido en el Centro de Detención Provisional de El Inca, norte de Quito.
El estadounidense Royce Phillips, conocido como El Abuelo, fue trasladado al Centro de Detención Provisional (CDP) de El Inca, en Quito.
El hombre, de 65 años, por su edad, iba a tener un arresto domiciliario, sin embargo, su casa no contaba con las medidas de seguridad necesarias para este caso.
El sujeto, oriundo de Texas, vinculado en Ecuador a una empresa extranjera dedicada al levantamiento de pozos petroleros, es investigado por presunta trata de menores de edad con fines de explotación sexual.
Las diligencias de la Policía indican que el extranjero captaba a adolescentes entre 13 y 16 años de barrios populares de la capital para participar en caídas, organizadas en su domicilio, en el Quito Tenis.
En esas fiestas, al parecer, distribuía alcohol y una vez embriagados los habría incitado a tener sexo grupal para filmar y fotografiar.
Según fuentes oficiales, uno de los reclutadores, que traba
jaba presuntamente para Royce, sería Christian Giler, procesado ahora por el caso de la violación y muerte de la chica de 15 años, Carolina Andrango.
HABRÍA ESTADO VIVA
En la Fiscalía de Menores Infractores existe un tercer proceso penal por la muerte de la adolescente. Allí se encuentra la versión de una menor de edad implicada en el caso, quien relató que el 26 de agosto del 2018, el día en que murió la chica, ella la encontró inconsciente en la casa de Cristian Giler y que en ese momento -dijo- Carolina todavía tenía pulso.
Se presume que la víctima fue sacada de la vivienda ubicada en la esquina de las calles Eugenio Pegramale y Francisco Torres, en el Comité del Pueblo, al norte de la capital.
El abogado de la defensa indicó que existe un vídeo tomado por los vecinos, en el que se puede ver como Cristian Giler y otros tres menores llevan cargando a la joven hasta el pasaje en donde la encontraron muerta.
En diciembre, la muerte de Carolina fue catalogada como muerte “natural” por agentes de la Dinased, pese a que en la autopsia se especificaba que “la manera de muerte desde el punto de vista médico legal” fue “violenta”.
El informe médico halló golpes en la cara, tórax y extremidades; sangre en el páncreas; un edema agudo de pulmón; y hematomas y lesiones en las partes íntimas de la joven.
Las denuncias de la madre de la víctima lograron que el caso avanzara. Actualmente existen tres procesos judiciales adyacentes, en donde hay siete personas implicadas.