¡DOLOR Y LIBERTAD REVIVEN EN EL TEJAR!
Viernes 24 de mayo de 1822. En ese día crucial para la historia de Ecuador, una batalla que duró aproximadamente cuatro horas, marcó un antes y un después: la de Pichincha.
En esa época la guerra independentista estaba declarada entre el ejército patriota al mando del general Antonio José de Sucre, y el ejército realista, comandado por el general Melchor Aymerich.
Al final la derrota de las fuerzas españolas liberó a Quito y aseguró la independencia de las provincias que pertenecían a la Real Audiencia de Quito.
La jurisdicción administrativa colonial española se convirtió en parte de la Gran Colombia y, luego, en la República del Ecuador. Pero la gesta libertaria duró mucho más décadas. Pocas personas de las que iniciaron esta revolución alcanzaron a ver los frutos de sus esfuerzos.
Los intentos por separar Quito de la corona española se iniciaron en 1809 con el Primer Grito de Independencia.
Hubo varias personas que entregaron todo por el ideal libertario. Y eso es lo que ven los visitantes en un recorrido que revive la historia del país y sus personajes, a través de un proyecto de turismo histórico en el cementerio de El Tejar.
ROSA ZÁRATE
La feminista Rosa
Zárate fue una de las personajes que impulsó la libertad. En aquella época, apareció sobre un altillo con un vestido hasta los tobillos para exclamar: “Morir por la patria es ser dichoso”.
Sus restos reposan en el convento de El Tejar, entre las lomas de San Juan y El Placer.
La directora del proyecto de recuperación histórica de El Tejar y de leyendas nocturnas, Karina Jaya, explicó - durante el recorrido- que un personaje representa a Zárate.
Contó que “su hijo fue asesinado el 2 de agosto de 1810, en la masacre ordenada por el Conde Ruiz de Castilla”. Años después, el conde se refugió en El Tejar, pero Zárate encabezó una rebelión para sacar al español y matarlo luego de arrastrarlo por las calles del centro de Quito.
Entonces, las fuerzas española buscaron. Un solado realista la encontró en el altillo y la golpeó. Zárate fue arrestada y luego fusilada.
“Este es el rostro de todos aquellos que se creen iguales a nosotros”, le dijo el soldado. “Ella fue una de las mujeres que peor muerte tuvo”, rememoró Jaya, durante la caracterización de los hechos.
A Zárate la fusilaron en Tumaco (ahora Colombia), la decapitaron, le frieron la cabeza en manteca, la empalaron y la exhibieron por todo la ciudad para que los quiteños tuviera miedo.
ROSA MONTÚFAR
En el recorrido trazado entre las tumbas del antiguo convento, aparece Rosa Montúfar, hija de Juan Pío Montúfar.
Según las investigaciones realizadas por Jaya y su equipo, ella ayudó a escapar a su tío Pedro Montúfar de la cárcel realista, impidiendo así que fuera parte de la