¡Plomo para guía penitenciaria!
Si tan solo hubiera podido recorrer 120 metros más, Miriam Patricia Lastra Sura, de 36 años, tal vez no estuviera postrada en la cama de un hospital, porque esa es la distancia que le faltaba para llegar y cruzar la garita de la urbanización en la que habita, y que cuenta con seguridad privada.
Pero, al parecer, los criminales que querían atentar contra su vida lo sabían y por eso la esperaron en un tramo poco iluminado, por la ruta que habitualmente toma con su cónyuge, Darwin Ronquillo, para regresar en moto desde el lugar en el que ambos trabajan, el Centro de Rehabili t a c i ó n Social de Varones, de Guayaquil, más conocido como ‘Peni’.
Lastra es agente de seguridad penitenciaria (ASP), mientras que su amado es cocinero.
Desde la cárcel, hasta la casa de la víctima, hay aproximadamente 2 kilómetros de recorrido. Y para esperar, los pistoleros escogieron un punto cercano a la vivienda de la
mujer. Ellos también andaban en una moto y cuando la pareja de esposos se acercó, la interceptaron, amedrentaron con sus armas de fuego y descargaron dos tiros en contra de la mujer. Al hombre no lo tocaron.
La herida cayó del ligero vehículo y quedó tendida sobre la calzada, diagonal al complejo residencial Beata Mercedes Molina.
Luego, tras el ruido provocado por los disparos, los lugareños empezaron a salir y pidieron ayuda al Servicio Integrado de Seguridad ECU 911.
En pocos minutos llegó una ambulancia del Cuerpo de Bomberos y la víctima fue llevada al hospital del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), de Ceibos, donde hasta ayer permanecía asilada, bajo observación médica.
El jefe zonal de la Dirección Nacional de Delitos Contra la vida (Dinased), coronel Telmo Betancourt, explicó que la motivación del crimen no estaba clara y mencionó que el esposo había rendido una versión para ayudar con las investigaciones, pero no dio esos detalles.
Hasta el mediodía de ayer, los familiares de la víctima no asentaban una denuncia formal, confirmó el oficial.