Diario Extra

¡Hubiera preferido morir!

Jorge Jiménez, de 52 años, perdió la extremidad inferior derecha a causa del pie diabético, una de las complicaci­ones más frecuentes y temidas de esta enfermedad.

- Karina Silvera (Guayaquil)

“Yo sabía que esto podía llegar a pasar, pero usted ve, tantos años, nunca me imaginé así. Hubiera preferido cualquier otra cosa, terminar de vivir, pero nunca esto. Siempre tenía la ilusión de poder movilizarm­e. Y esto me acabó, me mató todo”.

Así describe Jorge Jiménez Zurita, de 52 años, su vida luego de la amputación de su pierna derecha, después de conocer que tenía pie diabético, una de las complicaci­ones más frecuentes y más temidas entre los enfermos de diabetes, según explica Eliud Rivero, cirujano vascular del hospital general Guasmo Sur, y responsabl­e de la unidad de cirugía vascular y del área de atención integral al paciente con pie diabético.

Jorge fue uno de los 172 pacientes de la zona 8 (Guayaquil, Durán y Samborondó­n) que pasaron por la amputación de la extremidad inferior en el primer semestre de este año. Su cirugía fue el 4 de junio; previament­e le habían cortado un dedo, luego otro, hasta que finalmente perdió la pierna.

“Mi mamá nos cuenta que él nació con problemas en sus riñones y del páncreas. Teniéndole muchos cuidados estuvo bien hasta que tuvo alrededor de 17 años, cuando le diagnostic­aron que era diabético”, recuerda María Jiménez, su hermana, dos años menor.

“Estaba como en quinto o sexto curso de colegio cuando nos hicieron unos exámenes. Me mandaron a llamar y un médico me dijo que tenía diabetes; me advirtió que es una enfermedad de cuidado. Que había que cuidarse en la comida, en los hábitos”, relata Jorge sobre aquel día que le confirmaro­n que tenía diabetes, una enfermedad que en 2016 había cobrado la vida de 4.906 personas en Ecuador.

Ese médico incluso se había puesto como ejemplo, pues le había confesado que también era diabético y que por sus hábitos de vida había logrado mantenerse sin complicaci­ones.

COMPLICACI­ONES

En esa enfermedad, los niveles de glucosa (azúcar) de la sangre son muy altos y no es absorbida de manera adecuada.

En la diabetes tipo 1, el cuerpo no produce insulina, y en la diabetes tipo 2 el cuerpo no produce o no usa la insulina de manera adecuada. Sin suficiente insulina, la glucosa permanece en la sangre y de ahí las complicaci­ones.

“La diabetes tiene la facultad de lesionar todos los órganos, porque el azúcar alta en sangre quiere decir que está en las arterias permanente­mente alta”, explica la doctora María Vanegas Moreno, jefa del servicio de endocrinol­ogía del hospital Luis Vernaza.

Las complicaci­ones que se pueden presentar son ceguera (retinopatí­a diabética), daño vascular a nivel de los vasos cerebrales (trombosis cerebral), infarto, insuficien­cia renal, pie diabético, indica la médico.

Jorge Jiménez presenta todas.

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