¡300 METROS DE ‘PLOMO’ Y SANGRE!
JOVEN ACRIBILLADO EN EL SUR DE GUAYAQUIL
La víctima, Anthony Rodríguez, se encontraba en la Floresta 3 cuando los verdugos, a bordo de una moto, lo persiguieron a bala.
Uno de ellos lo correteó hasta la cooperativa Siete Lagos, donde lo remató.
Más de 300 metros corrió Maikel Anthony Rodríguez Valencia, de 21 años, antes de ser acribillado en el piso. El crimen ocurrió en la cooperativa 7 Lagos, en el sur de Guayaquil, a las 16:27 de ayer.
Según testigos, el joven fue abordado por dos sujetos en el sector de la Floresta 3, en la avenida Domingo Comín.
“El muchacho corrió y detrás de él otro sujeto lo perseguía disparando por todos lados, sin importarle que a esa hora hay muchas personas caminando por el sitio”, comentó Armando Spears, una de las personas que observaron cómo la víctima corrió por la avenida principal.
A lo largo del recorrido quedaron como evidencias varios casquillos, proyectiles y gotas de sangre que Anthony dejó a su paso. El jefe del Laboratorio de Criminalística de Guayaquil, teniente coronel Christian Rengifo, precisó que ellos levantaron como evidencia 16 indicios balísticos y que solo junto al cuerpo se encontraron 7.
“En una de las casas por donde recorrió el fallecido se ve un agujero producto de un disparo. Afortunadamente ninguna otra persona resultó herida”, señaló Rengifo.
Una mujer que también vio correr a Anthony dijo que el primer disparo el joven lo recibió en su pierna, por lo que metros más adelante cayó debido a que no pudo correr más.
“No se pudo ver el rostro de los criminales porque andaban encapuchados. Además, después de dispararle huyeron en dos motos hacia el sur”, aseguró la fémina, que prefirió no dar su nombre por temor a represalias.
FUNDA CON DROGA
El jefe de la Unidad de Investigaciones de Muertes Violentas en la Zona 8, mayor William Herrera, reveló que al fallecido en su huida se le cayó una funda que contenía varios gramos de sustancias sujetas a fiscalización.
Familiares de la víctima llegaron a la escena del crimen y solo lloraban desconsoladamente y decían: “¿Por qué Anthony?”. Sin embargo, al consultarles las causas del hecho prefirieron no dar detalles.