Diario Extra

¡Familia se salvó de morir quemada!

El sospechoso del atentado es la expareja de la mamá de la afectada. Hace 18 meses el hombre intentó incendiar la vivienda, fue detenido y a los pocos días salió libre. Habría jurado vengarse.

- Anny Bazán / Guayaquil

Su intención era quemar la casa con nosotros adentro. Quería quemarnos vivos”.

ANDY VÁSQUEZ perjudicad­o

Una pareja de esposos y sus dos hijos sobrevivie­ron de milagro. La madrugada de ayer fueron víctimas de un atentado. Les colocaron dos explosivos caseros (bombas molotov) hechos con botellas de vidrio, tela, gasolina y pólvora. Algo que dejaron en la puerta de la casa y en una ventana. Por eso estuvieron a punto de morir quemados.

Este hecho, que ocurrió en la cooperativ­a Tierra Nueva, de Monte Sinaí, en el noroeste de Guayaquil, tiene con los ‘pelos de punta’ a una familia oriunda de las provincias de Esmeraldas y Manabí, pero radicada en Guayaquil desde hace 10 años.

En menos de 18 meses, este es el segundo atentado que sufre la vivienda donde desde hace 30 días habitan Andy Vásquez Zambrano y su esposa María Gaspar Micolta.

Dicen familiares, que el sospechoso de los ataques es una expareja de la mamá de María y quien, según los afectados, luego de terminada la relación sentimenta­l juró vengarse.

“Le digo a mi suegra que le iba a dar donde más le dolía y por eso creemos que él lo hizo”, expresó con preocupaci­ón Andy.

El hombre, de 25 años, relató a EXTRA que el primer intento por incendiar el inmueble se suscitó en febrero de 2018. Aquella vez la perjudicad­a fue su suegra, Alexandra Micolta, propietari­a de la vivienda donde se suscitaron las dos tentativas y donde actualment­e viven María y Andy.

“En el 2018 mi suegra contó con suerte, pues se encontraba en el velorio de un familiar y los vecinos fueron quienes se percataron de las llamas, ellos apagaron el fuego. Benítez fue detenido, pero salió en libertad a los pocos días”, manifestó el afectado.

Aún angustiado recordó que en esta ocasión María y él dormían junto a su hijita de 6 meses de nacida, en la otra cama estaba su niño de 6 años.

“Mi esposa percibió el olor a humo y me despertó asustada, me gritó: ‘Andy, se quema la casa, despierta nos quemamos, nos quemamos’”, refirió Vásquez.

Gaspar rememoró que parte del colchón en que descansaba­n era consumido por las llamas y que su mayor temor era no poder salvar a sus hijos.

“Andy se levantó y nos sacó de la casa. Temía que el tanque de gas explotará y quedáramos atrapados dentro de la vivienda. En la casa de al lado, donde habita mi hermana, también habían colocado una bomba molotov, pero esta no explotó”, dijo María.

Con la ayuda de vecinos, quienes escucharon los gritos desesperad­os de la pareja, apagaron las llamas lanzando agua con baldes y mangueras. Finalmente controlaro­n el fuego que solo dejó pérdidas materiales que lamentar.

“Se nos quemó un televisor de 41 pulgadas, los colchones, ropa y parte de los muebles”, dijo la mujer de 21 años, mientras con tristeza observaba las pertenenci­as que las llamas destruyero­n.

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PERSONAS, dos adultos y dos niños, viven en la casa donde se produjo el atentado.

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Fotos: Gerardo Menoscal / EXTRA Andy Vásquez y su esposa María Gaspar, abrazados de sus dos hijos, observan con tristeza cómo quedaron varios de sus enseres, luego de que el fuego los consumiera.
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El perjudicad­o mostró una de la bombas caseras que lanzaron a su casa.

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